Por segunda vez, el sector bananero es declarado en emergencia por la crisis que viven los productores ante la abundancia de la fruta. El Gobierno destinará USD 5 millones para las ocho semanas que durará la emergencia.
La primera emergencia se vivió hace casi un año cuando el Gobierno declaró la emergencia el 18 de agosto. En ese entonces, había tanto banano por la falta de compra de los exportadores. Esa fruta se pudrió en los campos de las fincas bananeras.
Este momento, el ministro de Agricultura y Ganadería, Javier Ponce, anunció la declaratoria de emergencia, luego de la reunión que mantuvo este día con los productores de Babahoyo, capital de Los Ríos.
Los bananeros atraviesan una crisis de todos los años ya conocida: no pueden exportar su producción ante la reducción de la demanda en los mercados de Estados Unidos, la Unión Europea y Rusia, los principales compradores de la fruta ecuatoriana. Además, los productores reciben USD 2 y 3 por la caja de banano de exportación, valores menores al precio oficial, que es USD 5,25.
La emergencia consiste en comprar los racimos a los productores y la fumigación de las fincas para controlar la enfermedad de la sigatoka negra que afecta a las plantaciones de banano.
Hasta el momento no se tiene el instructivo para aplicar la medida y eso se definirá en los siguientes días cuando el ministro Ponce se reúna nuevamente con los productores.
Hasta fines del año pasado, los dos decretos de emergencia no aliviaron la situación de los productores, especialmente de los pequeños. En ese entonces, el 50% de la fruta se exportó sin contratos, el precio de la caja fue menor a USD 3 y no hubo controles para que se respetara la Ley del Banano.
La primera emergencia fue para comprar la fruta en racimos a USD 3 y con eso reducir la sobreoferta y estabilizar los precios en los mercados internacionales. Pero solo se destinaron USD 600 000 en esa emergencia, por lo que fracasó y se solicitó que se extendiera más tiempo. Mientras que la segunda fue para subsidiar la fumigación que ayuda a controlar la sigatoka negra.
Los más perjudicados fueron los pequeños productores que cada semana perdían por la venta de su fruta.