El Tratado de Libre Comercio (TLC) de Colombia y Estados Unidos que entra en vigor este martes puede abrirle al país sudamericano otras puertas más grandes, empezando por el Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), creen analistas en Washington.
“El club de países que tienen TLC con Estados Unidos no es muy grande, y estar en ese club es muy importante por las señales que manda a la comunidad internacional. Es una especie de reconocimiento”, valoró el embajador colombiano en Washington, Gabriel Silva, en un encuentro con periodistas el pasado viernes.
El presidente colombiano, Juan Manuel Santos, no esperó a que empezara a funcionar el TLC para realizar una gira por China y Singapur la semana pasada, un claro mensaje de la estrategia asiática de Colombia.
El Tratado “permite a Colombia cumplir plenamente con las disciplinas comerciales más ambiciosas y actuales que busca Estados Unidos” cuando negocia con socios, añadió Eric Farnsworth, vicepresidente del Consejo de las Américas, en declaraciones enviadas a la AFP.
El TLC “reforzará el impulso de Colombia a la búsqueda de una agenda mundial global”, añadió Michael Shifter, director de otro centro de análisis, el Diálogo Interamericano.
Como han aprendido otros países latinoamericanos en la última década, diversificar el comercio es clave para evitar el impacto de la caída del ciclo económico en Estados Unidos.
China es el segundo socio comercial de Colombia, y también una voz determinante en el seno de la APEC, formada por 21 países, de los cuales nueve están ultimando la creación de una zona de libre comercio transpacífica (TPP).
El TPP, al que quieren unirse Canadá, México y Japón, pasaría a ser la zona comercial más importante del mundo, superando a la Unión Europea, según estiman analistas.
“Colombia ya ha expresado su interés en ser miembro del TPP y APEC”, recordó Silva.
Pero la APEC mantiene una moratoria sobre los nuevos miembros, una decisión “diseñada para excluir a India”, explicó Farnsworth.
“Colombia no tiene nada que ver con ello pero se ve atrapada en la red”, recalcó.
“A Estados Unidos le interesa tener a Colombia como miembro en acuerdos mundiales” como el TPP, o incluso el grupo de países ricos y en desarrollo (G20), considera Shifter.
De forma creciente algunos analistas en Washington han empezado a criticar abiertamente la pertenencia de Argentina al G20, a causa de sus decisiones comerciales y querellas que enfrenta en el ámbito internacional.
Inversores estadounidenses siguen presionando para que Buenos Aires salde completamente su moratoria de la deuda externa anunciada hace más de un década.
La nacionalización de las acciones de la petrolera española Repsol en YPF ha avivado esas críticas.
“De todos los casos pendientes ante el Centro de Resolución de Disputas de Inversiones del Banco Mundial (CIADI) de países del G20, la inmensa mayoría son contra Argentina”, recuerda Jaime Daremblum, director de Centro de Estudios Latinoamericanos del Instituto Hudson.
Pero Argentina fue uno de los países fundadores del G20, donde además ya hay otros dos países latinoamericanos, Brasil y México.
Alegar motivos económicos para reemplazarlo por otro país latinoamericano es otra vía, sugiere Farnsworth.
“Una vez Colombia supere a Argentina como la tercera economía de la región, ya no será creíble mantenerla fuera del G20”, apuesta Farnsworth.