En total, las prórrogas han sumado 1 448 días. Esto equivale a tres años y nueve meses. Foto: Archivo EL COMERCIO
El proyecto hidroeléctrico Toachi-Pilatón, que lleva ya 11 años en construcción desde que se colocó la primera piedra en enero del 2008, ha tenido tres extensiones del plazo previsto inicialmente para su entrega.
En total, las prórrogas han sumado 1 448 días. Esto equivale a tres años y nueve meses.
La primera extensión del plazo aprobada por la Corporación Eléctrica del Ecuador fue de 315 días, debido a problemas geológicos en los túneles principales de conducción de agua, así como en la casa de máquinas de Alluriquín. Los días se contaron desde el 25 de enero de 2015 hasta el 05 de diciembre de 2015.
Apenas terminó esta prórroga se autorizó una nueva. Entonces fueron 749 días adicionales porque se presentaron retrasos en la obra civil, causados por los incumplimientos de la contratista rusa Inter Rao, refirió la Celec. En esa ocasión la extensión estuvo vigente desde el 06 de diciembre del 2015 hasta el 23 de diciembre de 2017.
La firma rusa Inter Rao estaba a cargo de la instalación de los equipos electromecánicos. Es decir, turbinas, generadores, compuertas, válvulas y otros que se requieren para esta hidroeléctrica. Sin embargo, en diciembre del 2016 el expresidente Rafael Correa ordenó dar por terminado el contrato con esta empresa por supuestos incumplimientos.
Actualmente, la empresa rusa impulsa un arbitraje en contra de la Celec.
La última extensión del plazo fue de 384 días contados a partir del 24 de diciembre de 2017 hasta el 11 de enero de pasado. En este caso también se argumentó retrasos en la obra civil, causadas por los incumplimientos de Inter Rao, algo que ha sido rechazado por la firma rusa.
La Celec actualmente tramita una cuarta prórroga del plazo del contrato de construcción de las obras civiles. Pero la entidad aún no ha precisado detalles de cuántos días serán ni desde cuándo se aplicará.
Los trabajos en esta central se iniciaron en enero del 2008. Se esperaba que entrara en operación en el 2014.
Actualmente las obras civiles continúan bajo la responsabilidad de la china CWE.
La fiscalización de este proyecto se encuentra a cargo un equipo de fiscalización interno que pertenece a la Celec.
El consorcio Pilatón-Toachi, que cumplía con estas funciones salió del proyecto en septiembre del 2018. El principal argumento fue que resultaba imposible fiscalizar la obra, porque desde marzo del 2017 se frenó la instalación de equipos electromecánicos.