Víctor Torres, muestra los documentos que debe llevar siempre para demostrar que no ha fallecido. Diego Pallero/ EL COMERCIO
Solicitar un préstamo, contratar un seguro de vida o incluso cobrar un cheque se convirtió en un verdadero “viacrucis” para Víctor, quien desde junio del 2015 comenzó a aparecer en los sistemas de información públicos como fallecido.
Este comerciante, de 53 años, cuenta el “engorro” proceso que ha pasado desde ese año, al ir de una institución a otra para decirles que está vivo.
Este es su testimonio:
“El 14 de junio del 2015 falleció mi madre. Yo me encargué de hacer los papeleos en el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC) y en la funeraria del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS). Seis meses después me enteré de que para el Estado yo también había fallecido ese día.
Me enteré del problema cuando fui al Servicio de Rentas Internas (SRI) para actualizar información de mi negocio de fabricación de aluminio y vidrios. En la ventanilla de la entidad me dijeron que no podía hacer el papeleo, ya que en el sistema salía como muerto.
Preocupado, fui de inmediato al Registro Civil para que verifiquen mis datos personales, pero arreglar el problema no era tan sencillo.
En la entidad me pidieron que presente información sumaria para obtener un documento que certifique que estaba con vida.
Durante este proceso, la entidad verificó si mis huellas dactilares coincidían con las que estaban en mi cédula. Además, entregue una partida de nacimiento certificada y otros documentos.
Para que, en teoría, me devuelvan la vida se tardaron seis meses. Mi cédula estuvo retenida en el Registro Civil durante ese tiempo. No pude hacer ningún trámite, ni hacer retiros, ni cobrar los cheques de mis clientes. Fue todo un lío.
Además, el IESS dejó de cobrarme los aportes de mis dos empleados y los míos. En el sistema los tres estábamos registrados como “desafiliados”. Apenas me percaté del inconveniente tuve que hacer otro trámite en el IESS. Tuve que pagar el mes vencido e incluso querían que pague una multa. Tuve que demostrar que no me salí por mi cuenta para que no me cobren la mora.
Cuando pensé que por fin mi problema se había solucionado, a mediados del 2016 noté nuevamente que salía como fallecido en el SRI. Tuve que repetir el papeleo de la primera vez, pero por precaución me di el trabajo de sacar copias de todo, para demostrar que estoy vivo. En el 2017 me volvió a pasar lo mismo con esta institución.
En el 2019 otra vez tuve que demostrar que estaba vivo, pero en el Consejo Nacional Electoral (CNE).
El 24 de marzo pasado me percaté que la entidad me incluyó en el listado de personas fallecidas y no pude votar. Me dieron un certificado de haber asistido ese día.
Este año traté de acceder a un préstamo quirografario en el Biess, pero me lo negaron porque constaba como fallecido.
Tras dejar un oficio, el CNE solucionó el problema el 30 de julio pasado, pero en el SRI sigo con el inconveniente.
Este año, el Registro Civil me dio un certificado que me permite demostrar que estoy vivo. Espero que esto ponga fin a mi viacrusis. Estoy cansado de andar de institución en institución pidiendo que me solucionen el problema y que siempre me contesten: consta como fallecido, no le puedo ayudar”.
El Dato
El Registro Civil explicó que cuando existe un error en la condición del ciudadano elabora un informe técnico o/y informe técnico jurídico de investigación civil. Este proceso, según la entidad, se implementó en el 2016. “Se realiza una investigación para determinar el verdadero estado del ciudadano y, de ser el caso, se dispone la rectificación de conformidad a los procedimientos internos establecidos”, anotó.
Además, mencionó que la investigación no tiene fecha de caducidad y su almacenamiento se realiza de forma física y electrónica en las Coordinaciones Zonales. Con ello, aseguró que no es necesario que los ciudadanos realicen nuevamente el proceso.
La institución no emite, como tal, un documento que señale que una persona se encuentra fallecida o viva, pero implementó a partir del 2017 un certificado de Identidad y Estado Civil. Entre 2017 y julio del 2019, la institución emitió 227 230 documentos de este tipo por diferentes motivos. En ese período la entidad realizó 123 investigaciones de personas que constan en el listado de fallecidos, pero no lo están.
Entre las razones que explican esta problemática, agregó, están las inscripciones de defunción erróneas realizadas por familiares del usuario con el problema, doble identidad, suplantación, entre otros.
En el país no existe una base única de datos para que las entidades públicas accedan a información de los ciudadanos. Para tener ese detalle o actualizarlo, deben firmar un convenio de inteoperatividad con el Registro Civil. El acuerdo les permite acceder a ciertos datos de las personas.
La entidad recalcó que es la única autorizada para emitir certificados de información de hechos y activos relativos al estado civil de una persona.
El certificado se solicita en las agencias del Registro Civil o en línea, pero para obtenerlo se exige la presencia del titular de la información, el cual debe presentar el comprobante de pago del trámite y la cédula de identidad.
El trámite cuesta USD 5. Las personas con discapacidad no deben pagar ningún valor.
El documento tiene validez de dos meses o tres validaciones, después de ese tiempo se debe solicitar otro si el usuario llega a necesitarlo.