‘El fluido ingresa sin problemas. No hay novedad”. Fue el mensaje que llegó a la radio portátil de Freddy Obando, coordinador (e) de la Terminal de Combustibles Limpios de Riobamba de Petroecuador. Eran las 11:20 del pasado viernes 8 de octubre.
Esta nueva planta de almacenaje de gasolina extra, súper y diésel 2 empezó a operar desde el 12 de agosto en el sector de Calpiloma, a 2 kilómetros de Riobamba, en la vía a San Juan. Es un impresionante complejo cercado de calles asfaltadas y bien señalizadas.“Ok”, responde Obando. Enseguida sale a inspeccionar la enorme infraestructura que ocupa 23 ha de terreno, 10 veces más grande que la anterior terminal que funcionaba desde 1955 en el sector de Macají, en 2,3 ha.
Obando, como el resto de los seis técnicos de Petroecuador, utiliza casco, botas y otros implementos necesarios para inspeccionar las diversas áreas de este conjunto.
Seis inmensos tanques de acero y carbono, diseñados para funcionar sin problemas por más de dos décadas, llaman la atención de los conductores y viajeros que se dirigen hacia San Juan. El cercado de malla plateada tiene puertas que se abren para el ingreso de los tanqueros. 21 guardias cuidan de la seguridad.Dos tanques almacenan 8 000 barriles de gasolina extra. Dos más contienen gasolina súper (de 15 000 barriles cada uno) y otros dos para 37 600 barriles de diésel 2. Este último combustible se utiliza para servicio automotor.
“El diésel uno se emplea para generar temperaturas de hasta 200 grados para los calderos. Yo me encargo de analizar la cantidad y la calidad de los combustibles bajo las normas de calidad INEN. Es un trabajo minucioso”, dice Arnaldo Rodríguez, encargado del laboratorio de la terminal.
Obando sigue su recorrido. Mira con detenimiento las tuberías, una roja y otra amarilla, que prácticamente rodean a los tanques. La roja transporta agua presurizada que proviene de un tanque de 5 000 m³ de capacidad y que se emplea para enfriar los tanques. La amarilla contiene espuma que sofocaría inmediatamente un posible incendio.
En lo alto de los postes, bajo las luminarias artificiales para la noche, se instalaron sistemas multi espectro para detectar alguna anomalía en los tanques. “Y como si eso no fuera suficiente, contamos con inspecciones visuales y la labor de ocho personas que realizan mantenimiento civil menor”, dice Obando.
El despacho de combustibles empieza a las 07:00 y concluye a las 16:00. A ese sitio el acceso es restringido. A futuro, esta terminal contará con un poliducto de 49 km que lo conectará con la terminal de Ambato.
“Los estudios avanzan y los detalles son confidenciales. Por ahora recibimos los combustibles mediante autotanques. Los clientes llegan de Chimborazo, Guaranda y las comunas próximas”, dice Obando mientras acciona el agua presurizada para verificar su buen funcionamiento.
La inauguración de esta terminal sigue pendiente. Debió realizarse el viernes 8, pero por la vigencia del estado de excepción se suspendió hasta nueva orden.