El teletrabajo demanda inversión por parte del empleado

“Al principio cuesta adaptarse. En mi trabajo me ayudaron con asistencia psico­lógica”, dice Adianez Alarcón. Foto: Cortesía Care

“Al principio cuesta adaptarse. En mi trabajo me ayudaron con asistencia psico­lógica”, dice Adianez Alarcón. Foto: Cortesía Care

“Esta experiencia ha sido de gran aprendizaje. Tengo el apoyo de nuestras cabezas laborales”, asegura Víctor Sosa. Foto: Cortesía Óptica Los Andes

Trabajar desde casa es una realidad para 431 319 empleados en el país, entre públicos y privados, según datos del Ministerio de Trabajo, hasta el 22 de julio de 2020. El año pasado, en ese mismo mes, se registraban 10 595 teletrabajadores.

La pandemia influyó para que esta modalidad crezca más rápido. Para algunos empleados, la nueva rutina aumentó su carga laboral, sin horarios definidos, lo cual se suma a las tareas en el hogar.

A más de eso, la incomodidad de trabajar en espacios no adecuados, utilizando la mesa y silla del comedor de forma constante, influye negativamente en la salud de las per­sonas, detalló el fisiatra Leonardo Cisneros.

El especialista señala que se ha incrementado en un 40% el número de pacientes que atiende con dolores lumbares.

“Todos buscan terapias que les alivien las dolencias de forma inmediata. Sin embargo, lo que se debe hacer es tomar correctivos para evitar lesiones”.

Esto ha provocado que los teletrabajadores busquen adquirir equipos tecnológicos y mobiliario necesario para un adecuado desempeño.

Es el caso de Estefanía Cruz, una ingeniera comercial que teletrabaja a tiempo completo desde marzo. En estos cinco meses calcula que ha gastado más de USD 200 en artículos (escritorio, mouse, teclado y silla ergonómica). Todos los gastos han corrido por su cuenta y los ha diferido.

Además, por problemas de conectividad deseaba cambiarse a un plan con más megas de Internet, pero luego de un recorte salarial desistió.

Según la Ley Humanitaria, vigente desde el 22 de junio, el empleador deberá proveer los equipos, elementos de trabajo e insumos necesarios para el desarrollo del teletrabajo.

“Al principio cuesta adaptarse. En mi trabajo me ayudaron con asistencia psico­lógica”, dice Adianez Alarcón. Foto: Cortesía Care

Sin embargo, el Ministerio de Trabajo explicó que “al estar en un estado de emergencia, este tema es un mutuo acuerdo entre las partes”.

El mismo concepto se maneja cuando se trata de quién asume pago del consumo de energía eléctrica e Internet del teletrabajador, aspecto que no es abordado en la ley.

Alba Guevara, docente de Derecho de la Universidad Internacional, refiere que el teletrabajo también expone brechas entre trabajadores con acceso a tecnologías y aquellos que, con menores remuneraciones, no tienen capacidad de asumir por su cuenta nuevos gastos.

Guevara sostiene que la falta de precisión deja vacíos importantes, que deben ser resueltos en el reglamento. Comenta que se debió incorporar, entre otras, la recomendación de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sobre la obligatoriedad del empleador de entregar al teletrabajador un monto adicional al sueldo para cubrir los gastos de Internet y energía eléctrica.

El ministro de Trabajo, Andrés Isch, dijo que trabaja en la normativa secundaria para que existan las herramientas para que esta actividad sea eficiente y que se garanticen tiempos de desconexión.

Stalin Sacoto, gerente administrativo de Novicompu, tienda de tecnología, explica que la mayoría de las compras no la realizan empresas, sino trabajadores que están adecuando espacios dentro de su domicilio para laborar. “Se nota que son compras privadas, porque los artículos son adquiridos al por menor”, detalló.

Firmas como Óptica Los Andes permiten que sus teletrabajadores lleven a sus casas el mobiliario y equipos que requieran de la oficina.

Además, la compañía hizo una alianza con un proveedor de Internet, para que los trabajadores puedan acceder a planes de conectividad a precios más bajos, describe Cecilia Galarza, vocera de la compañía.

Más allá de dotar de equipo tecnológico o facilidades, los empleadores también deben atender la salud mental de sus colaboradores, ya que su rendimiento eficiente está ligado a su estado emocional, añade Alexandra Moncada, directora de Care Ecuador.

Moncada señala que para las mujeres la carga laboral aumenta porque al mismo tiempo deben atender responsabilidades con sus hijos.

La organización brinda apoyo psicológico a sus teletrabajadores y se mantienen redes de comunicación permanente entre ellos. Esta asistencia fue útil para Adianez Alarcón, miembro de Care, en las primeras semanas de confinamiento. Charlar con un especialista le sirvió para enfrentar mejor la situación de encierro y, en especial, apoyar a su hijo de edad escolar.

Otro aspecto que se debe cuidar es el tiempo de desconexión. La Ley Humanitaria dispone que sea al menos de 12 horas continuas en un lapso de 24 horas. En ningún caso el empleador podrá comunicarse ni formular órdenes.

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