Durante 40 años de explotación petrolera, el país percibió una suma superior a los USD 109 000 millones por la exportación de crudo y derivados.
Con esos recursos, además de los ingresos por otras exportaciones, en su mayoría de origen agrícola, el PIB per cápita del Ecuador creció de USD 1 777 en 1980 a 4 000 en el 2010, según datos del Fondo Monetario Internacional (FMI). El ingreso promedio de cada habitante se multiplicó por 2,5.
Sin embargo, otros países del Asia que hace 30 años tenían niveles similares de ingreso como Corea del Sur, Taiwán, Malasia y Singapur, multiplicaron el PIB per cápita entre 4 y 12 veces, sin petróleo o un recurso extractivo.
Sin ir tan lejos, naciones como Costa Rica, Panamá y República Dominicana llegaron a crecer más que el Ecuador sin exportar crudo. El ingreso por habitante de esos países se multiplicó de tres a cuatro veces desde 1980.
¿Qué recetas usaron esos países para desarrollarse más que el Ecuador, y sin el petróleo? ¿Ecuador descuidó otras estrategias para crecer?
Cuatro analistas, empresarios y líderes gremiales consultados proyectaron el escenario del Ecuador sin el petróleo, bajo esta base de comparación.
Uno de los ejemplos más destacados es Corea del Sur, que tenía un ingreso per cápita de USD 1 688 en 1980, según el FMI. Pero al cabo de 30 años, este alcanza los USD 20 764.
Para llegar a este crecimiento económico se trabajó en cuatro ejes: mejorar la educación, desarrollar la tecnología, atraer la inversión y abrir los mercados, explica el secretario del Observatorio de la Política Fiscal, Jaime Carrera. Los países del sureste asiático han estado locamente obsesionados con el mejoramiento de la educación.
En esas naciones, relata Carrera, se atrajo con énfasis las alianzas con universidades de países como Estados Unidos o Europa, además de que se capacitó a los profesionales en esos mismos lugares del extranjero para introducir nuevos conocimientos y tecnología para el desarrollo.
A ello se sumó la apertura a la inversión extranjera, lo que permitió el crecimiento de la industria y la generación de valor agregado en la producción.
Lo que no hubiese sido posible sin generar garantías para las patentes y la propiedad privada de los inversores, descartando cualquier riesgo de expropiación por parte del Estado.
Este conjunto de medidas tuvo como complemento la apertura de nuevos mercados para la venta de la producción.
El Ecuador debía enrumbarse en ese camino 40 años atrás, asegura Carrera, para alcanzar el desarrollo sin tener petróleo y también teniendo el recurso.
Un escenario no petrolero habría obligado al Ecuador a ser más austero y cuidadoso con los recursos fiscales porque tendría que pagar los precios internaciones de combustibles.
Difícilmente se habrían derrochado recursos en subsidios, la gente no compraría tantos vehículos, habría menos polución y exigiría un transporte público más eficiente.
Recetas similares se implementaron en Chile, Uruguay, República Dominicana y Costa Rica. En estas dos últimas naciones ha habido énfasis para la apertura de inversión, sobre todo en el ámbito turístico, lo que también podía apuntalar la economía ecuatoriana sin petróleo.
Para el presidente de la Cámara de la Agricultura, Mauricio Bustamante, una carencia de recursos petroleros para el país, habría impulsado la industria de producción de alimentos. Pero no solo con bienes primarios como ya eran el banano, el cacao y el café en la era pre petrolera.
El Ecuador podía haberse convertido en la principal “fabrica y exportador de chocolate” por la altísima calidad del cacao fino de aroma. Se habría además concentrado en añadir valor agregado a otros productos agrícolas. Ya no se exportarían solo flores, sino esencias de perfumes; chips de banano y concentrados, en lugar de la fruta sola, o concentrados de alimentos con alto poder proteínico como los chochos.
El país se hubiese podido proyectar como un gran exportador de alimentos que habría requerido de una mayor investigación y mejoramiento de semillas.
Con ello, indica Bustamante, los focos de desarrollo no se hubieran limitado a Quito y Guayaquil, sino que se hubieran repartido a toda la república donde hubiese existido producción agraria.
Para el ex ministro de Finanzas, Mauricio Pozo, el tamaño de la burocracia y la actividad empresarial estatal sería mucho menor sin el crudo, porque no habría recursos para sostenerla.
Ello habría llevado a que el Estado se concentre en ser regulador del mercado y ponga sus esfuerzos en la educación, salud, justicia y seguridad, dejando el resto para el sector privado.
Pero estos escenarios de desarrollo dependieron de decisiones que tomaron en su momento los gobernantes, los líderes y la sociedad en su conjunto. De ahí que los resultados han sido diversos, pese a que arrancaron en igualdad de condiciones. Honduras o Paraguay, por ejemplo, que no tienen petróleo, han alcanzado tasas de desarrollo menor en 30 años.
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Puntos de vista
Roque Sevilla
Ex Alcalde de Quito y empresario
‘La infraestructura del turismo habría crecido’
El petróleo llegó al Ecuador en un momento clave, donde como sociedad no tenía ninguna otra ventaja competitiva frente al mundo, ya que su educación era muy precaria, al igual que sus servicios básicos como la salud o el acceso a agua y luz eléctrica. En un escenario sin petróleo, el país habría desarrollado otras actividades además de la agroindustria, como el turismo, por su posición estratégica en el mapa la estabilidad del clima, la biodiversidad y la cultura, muy similar a lo que es hoy Costa Rica. Sin la explotación petrolera, tal vez no se habrían dado tantos gobiernos populistas y la economía habría desarrollado otras actividades. Creo que nuestra ventaja comparativa respecto de otros
países siempre fueron el turismo y la riqueza agrícola.
Walter Spurrier
Analista en temas económicos
‘Sin el petróleo seríamos parecidos a Honduras ’
Si el Ecuador no hubiera tenido petróleo, seríamos un nación con el mismo perfil de Honduras: un país agrícola, pobre, de muy baja cobertura de servicios sociales. El saldo del petróleo en la economía es positivo, puesto que todos vivimos en mejores condiciones económicas que si no hubiera petróleo. Antes del petróleo eran pocos los que tenían carro propio o una vivienda con todos los servicios básicos. Pudo, y puede, desperdiciarse menos. El mejor ejemplo de buen uso de la riqueza petrolera es Noruega, donde se guardó e invirtió el
dinero y el ciudadano tiene grandes beneficios sociales. Pero por regla general los gobiernos pensaron en el corto plazo, y optaron por aumentar el empleo público y medidas de impacto electoral.