La central de generación termoeléctrica Jaramijó es una realidad en el país desde el martes pasado, luego de 13 meses de su adjudicación. El contrato dice que el plazo era de ocho meses.
La intención de instalar la central de 140 megavatios data de principios del 2010, cuando el país salía de tres meses de apagones por la falta de centrales térmicas.
La construcción de la central fue adjudicada a la firma TSK, la cual incumplió el contrato y obligó a lanzar un nuevo concurso que ganó Equitatis, a un costo de USD 147 millones. Esta firma ganó el concurso por ofertar el menor plazo.
El contrato fue firmado el 14 de abril del 2011 por el gerente (e) de la Celec, Luis Ruales, y Alfredo Portaluppi y Elías Achi de Equitatis.
Ahí rezaba que la central debía entrar estar lista en 240 días, es decir, debía comenzar a operar desde el 10 de diciembre del 2011. Al final entró el martes pasado, con exactamente 179 días de atraso.
El contrato indica que por cada día de retraso, la empresa debía pagar el 2 por 1 000 del valor del contrato “multiplicado por la relación entre la potencia no operativa y la potencia total contratada”.
Es decir, que si se atrasaba en instalar solo un solo megavatio de los 140, la empresa debía pagar la multa de USD 2 000 por cada día. Este monto, multiplicado por los 179 días representaba una multa total de USD 358 000 como mínimo. Sin embargo, ni el Gobierno ni la empresa han reconocido multa alguna.