La primera empresa con la que surgió el imperio económico de la familia Isaías en Ecuador, EICA, cumplió 100 años. Sin embargo, un drástico deterioro financiero que amenaza a su supervivencia opaca ahora cualquier festejo.
La desvalorización de activos surgió después de que el grupo fuera incautado por el Estado a los ex accionistas de Filanbanco: Roberto y William Isaías, en julio de 2008, por deudas millonarias.
En marzo de 2009, el conglomerado de seis empresas fue valorado en USD 40,9 millones, mientras que hoy está en USD 7,2 millones. La primera cifra la dio la desaparecida Agencia de Garantías y Depósitos (AGD), en base a un informe de la valoradora Nasare S.A. La segunda cifra está en la página web de la Unidad de Gestión y Ejecución de Derecho Público (www.stf.gob.ec), encargada de administrar las empresas incautadas por el Gobierno.
Hasta el día de la incautación, Emilio Isaías Compañía Anónima (EICA) se dedicaba a la importación de maquinaria agrícola y para construcción. Además, tenía la representación de importantes marcas extranjeras como Case, Terex, KIA, Mariner, Iveco, Shulz, Genie, Agrale, Kent, etc.
Por parámetros internacionales, KIA le exigió a la matriz construir una edificación para la atención de clientes en los talleres. Ese espacio, inaugurado un año antes de la incautación, luce sombrío.
En la fachada de la empresa, ubicada en la av. Juan Tanca Marengo, en Guayaquil, se observa escaso movimiento. Los talleres dejaron de operar y la parte posterior luce como un canchón vacío.
En el 2007, solo la línea de vehículos y repuestos facturó USD 40 millones. Ese año pagó USD 68 012 de Impuesto a la Renta (IR), según datos del SRI. Después de la incautación, entre el 2008 y el 2011, registró cero pagos por concepto de ese impuesto.
Asimismo, en el 2006 constaba en el ranking de las 500 empresas más importantes del país. Posteriormente desapareció.
La firma inició en 1912 como una tienda de abarrotes en Catarama (Los Ríos) y llevó el nombre del abuelo de Roberto y William, quien llegó al país luego de emigrar de Líbano. La familia no recuerda la fecha exacta de la apertura del negocio, pero sí que fue trasladado a Guayaquil en 1925.
Durante los últimos cuatro años en manos del Estado, el grupo EICA perdió valor en un 82%. Allí están agrupadas seis empresas (ver infografía).
Xavier Castro, abogado de los hermanos Isaías, cree que EICA ejemplifica el fracaso de la administración estatal. Sus gerentes firmaron contratos con el Estado que fueron cuestionados, uno por USD 33 millones con el Ministerio de Obras Públicas y otro por USD 10 millones, por la venta de chalecos reflectivos.
Pedro Delgado, representante legal de la Ugedep, reconoció en noviembre del 2011 que la administración de EICA había registrado irregularidades. Por eso decidió emprender varias investigaciones, de las cuales no se conocen los resultados hasta la fecha.
Ningún juicio tiene sentencia ejecutoriada y es poco probable que los funcionarios que han manejado las empresas incautadas sean observados por su gestión, debido a que la Asamblea aprobó una ley que los blinda.
Una disposición transitoria del Código Orgánico de Planificación y Finanzas Públicas, enviado por el Presidente y aprobado en octubre de 2010, otorga fuero de Corte al Presidente, miembros de la Junta, el representante legal del Fideicomiso AGD-CFN No Más Impunidad, y el Coordinador General de Administración de Activos y Derechos de la ex AGD, a partir del 1 de enero de 2010.
Dimitri Durán, asesor penal de la AGD en 2000 y presidente del Comité Fiduciario en 2005, cree que lo que sucede con las empresas incautadas es similar a lo que atravesaron los bancos que pasaron a manos del Estado en los años 1999 y 2000.
“Quebraron por malos manejos administrativos y malas concesiones de préstamos, el Estado terminó de liquidarlos y solo dos o tres banqueros respondieron”, dijo Durán. Ahora defiende a un ex ejecutivo de EICA, denunciado por supuesto peculado.
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