Mario Loayza compró un par de zapatos importados y de marca en USD 63 hace dos años. La semana pasada fue a cotizar otro para su hijo y se encontró con que costaba USD 87.“Me dijeron que había subido el precio porque aumentaron los aranceles al calzado, pero ya en este año debía bajar porque se redujeron los impuestos. Ellos (las empresas) no quieren bajar el precio para seguir ganando”.
Loayza piensa ahora comprar los zapatos en la bahía, pero ya no de marca sino imitaciones que cuestan USD 25. Hace un año y medio costaba USD 18.
El año pasado, el Gobierno determinó un arancel fijo de USD 10 por cada par de zapatos y un arancel del 30%, lo cual elevó el precio final. Luego hizo una reducción del arancel fijo a USD 3 por cada par, lo que implicaba que se reduzca el valor en el mercado.
Pero desde el pasado 1 de junio, el Gobierno fijó nuevos aranceles mixtos a la importación de calzado, ropa y textiles. La decisión se sustenta en el Decreto Ejecutivo 372, del 28 de mayo.
La norma establece que se impondrá una tasa de USD 6 en la importación de cada par de zapatos, más un 10% de carga sobre el valor de la mercadería (ad valórem). Y un arancel para la ropa y los textiles de USD 5,50 por kilo más un 10% de recarga.
Pablo Tenesaca, importador de zapatos brasileños, sostuvo que con esas medidas los precios no bajarán ni se mantendrán. “Con los nuevos aranceles habrá un aumento porque sino no se podrá cubrir los gastos del negocio”.
Mario Aguirre, presidente de los importadores de calzado, aseguró que la medida atenta a su sector pues no solo estarán pagando el arancel mixto sino seguirán cancelando USD 3 de las salvaguardias, que no se han desmontado en su totalidad.“Son dos impuestos para una misma cosa”.
La imposición de salvaguardias llevó a que los importadores de calzado dejaran de traer el 80% de los 50 millones de zapatos que importaban. Por eso temen que la medida les obligue a reducir más sus compras.
Los que sí están contentos son los productores de calzado nacional. Lino Anguisaca, representante de Litargmode, aseguró que con la nueva medida para la importación de calzado incrementará su producción a 80 000 pares anuales. “Eso será un éxito mayor al 2009 cuando doblamos nuestra producción. En 2008 hacíamos 43 000 pares, pero el año pasado alcanzamos los 70 000”.
Asimismo prevé vender más del millón de dólares que registró en el 2009 e incrementar la mano de obra de su fábrica. Ahora cuenta con 70 empleados.
Esta posición optimista también la tiene Mario Manjarrés, presidente de la Asociación de Confeccionistas Textiles.
El productor señaló que los beneficios de la imposición de aranceles mixtos para las prendas importadas permitirá reducir el contrabando. “Dejará de existir competencia desleal. Ellos compraban la ropa barato y la vendían muy cara y ganaban más que nosotros que pagamos impuestos”.
Sin embargo, el impacto para los importadores es alto. Si alguien compra tres camisetas a USD 10, que puedan pesar un kilo, tendrá que sumarle USD 5,50 a este valor por el arancel. Y además un recargo del 10%, lo que da un monto de USD 17,50.
A ello se le suma el 12% del Impuesto al Valor Agregado para ingreso al país lo que representa unos USD 19,10 a pagar por impuestos. Esos valores los asumirá el consumidor final que demande dichos artículos.
Hay productos que pese a que no se ha desmontado en su totalidad las salvaguardias bajaron de precio. Se trata de los electrodomésticos y equipos tecnológicos.
Por ejemplo, un televisor de 32 pulgadas cuesta ahora 5% menos que hace tres meses. Andrés Mata, director de la Asociación de Electrodomésticos del Ecuador (Asadelec), dijo que la reducción se origina porque los aranceles bajan lentamente. “Los precios dependen de los impuestos”.