La oposición republicana llamó hoy al presidente de Estados Unidos, Barack Obama, a que mande de una vez los tratados de libre comercio con Corea del Sur, Panamá y Colombia al Congreso para su ratificación, un día después de que el mandatario evitara fijar una fecha para su envío a los legisladores.
“Anoche escuchamos al presidente repetir, de nuevo, que quiere que el Congreso apruebe los tres TLCs (…) el problema es que siguen sobre la mesa del presidente, donde han estado desde el día que asumió su mandato”, lamentó el senador republicano John McCain este viernes.
“Hasta que los envíe al Congreso, no hay nada que podamos hacer para ratificarlos”, recordó. También la congresista republicana Ileana Ros-Lehtinen subrayó que el compromiso de Obama con los TLCs “es algo que hemos escuchado previamente”.
“Lo que necesitamos es acción, no más palabras, y no escuché ningún plan de acción para aprobar esos acuerdos”, criticó. Aunque no forma parte de su ambiciosa propuesta de ley para crear más empleos que Obama presentó la noche del jueves ante una sesión conjunta del Congreso, el presidente reiteró la víspera que “es hora de abrir el camino” a los TLCs, si bien no reveló -contrariamente a lo que esperaban algunos analistas- ninguna fecha concreta para su envío al Congreso.
En conversación con periodistas este viernes, el asesor presidencial especial del consejo Económico Nacional de la Casa Blanca, Mike Pyle, aseguró una vez más que el mandatario está “increíblemente comprometido” con los TLCs y que espera su ratificación “lo antes posible”, consciente de que constituyen “una prioridad para la creación de empleos”.
Sin embargo, Pyle no quiso discutir la estrategia diseñada para la Casa Blanca ni los tiempos para que los TLCs lleguen de una vez al Congreso.
El trasfondo de la discrepancia está en el interés de la Casa Blanca en que también se apruebe un programa de ayudas compensatorias para los trabajadores estadounidenses que hayan sufrido pérdidas como consecuencia del comercio exterior, la Asistencia de Ajuste al Comercio (TAA, por sus siglas en inglés).
El gobierno de Obama sabe que los republicanos apoyan efusivamente los TLCs pero no la renovación del TAA, por lo que vinculó ambos proyectos para asegurarse de que sea renovado el programa compensatorio, para ira de la oposición.
Aun así, en vista del estancamiento de las negociaciones, en las pasadas semanas líderes republicanos manifestaron su compromiso a permitir la votación del TAA si la administración Obama envía de una vez también los TLCs al Congreso.
McCain recordó hoy sin embargo que el TAA fue aprobado en 2002 como una ayuda “de corto plazo” de cara a la expansión del comercio exterior pero que, pasados los años, éste no se ha concretado en la ratificación de los TLCs.
Y, continuó, en 2009 los demócratas incrementaron el programa compensatorio en más de 500 millones de dólares anuales como parte del paquete de estímulo de la Casa Blanca para reimpulsar la economía tras la recesión. “No me opongo ni trato de acabar con el TAA, sólo restaurarlo a sus niveles originales de 2002”, subrayó McCain.
“Estamos perdiendo terreno y necesitamos avanzar en comercio de inmediato. Reconozco que el costo de ello volverá a ser que los republicanos accedan a reautorizar el TAA”, indicó y recordó que ya los republicanos han dicho que apoyarán la celebración de dicho voto. “Pero los TLCs no deberían ser vinculados a una reautorización de la TAA a su nivel artificialmente inflado durante el estímulo”, puntualizó.
Obama anunció la noche del jueves en el Congreso la Ley para Trabajos Estadounidenses, un ambicioso programa que tiene el objetivo de impulsar la creación de empleo, cuya lentitud se ha convertido en uno de los principales problemas del mandatario de cara a sus aspiraciones de reelección el año próximo.
Según explicaron hoy altos funcionarios de la Casa Blanca, las propuestas desplegadas por el mandatario tendrán también un fuerte impacto positivo sobre la comunidad hispana del país, ya la primera minoría en Estados unidos -y la que más rápidamente crece- pero a la vez una de las más afectadas por el desempleo, que asciende entre ellos a 11,3 por ciento frente al 9,1 por ciento generalizado.
“El presidente lleva tiempo afirmando que la fuerza laboral latina es esencial para el futuro del país”, sostuvo la directora de Asuntos Intergubernamentales de la Casa Blanca, Cecilia Muñoz, en conferencia con periodistas hispanos. La propuesta desplegada la víspera por Obama parte de la base de que la creación de empleo tiene que beneficiar “a todas las comunidades en todas las partes del país”, agregó.
Según cálculos de la Casa Blanca, la propuesta de Obama tendrá un amplio efecto entre los hispanos. Así, estima que la propuesta de reducciones de impuestos a las pequeñas empresas podría beneficiar a 250 000 propietarios hispanos de este tipo de compañía, mientras que por ejemplo la extensión del seguro de desempleo afectará a 1,1 millones de hispanos y sus familias, entre otros.