La petrolera española Repsol-YPF dijo hoy que reclamará más de 9 000 millones de dólares a Argentina por la expropiación del 51 por ciento de su unidad YPF, mientras seguían lloviendo las críticas internacionales contra Buenos Aires por una medida que abrió una crisis diplomática con España.
El Gobierno argentino intervino el lunes YPF, la mayor petrolera del país que representa la mitad de la producción de Repsol-YPF, y envió al Congreso un proyecto para expropiar un 51 por ciento de la firma, tras meses de mantenerla bajo presión y culparla de una caída en la generación de crudo del país.
Argentina quiere recuperar su capacidad de autoabastecerse de combustibles -lleva años teniendo que hacer millonarias importaciones que erosionan su superávit comercial-, pero muchos analistas dudan de su capacidad para compensar a Repsol-YPF y encontrar el dinero para las inversiones necesarias.
“Nosotros vamos a pedir (una valoración) de 18 000 millones de dólares”, dijo el presidente de la petrolera española, Antonio Brufau, en una rueda de prensa de más de dos horas. Repsol, que tiene un 57,43 por ciento de YPF, calificó la decisión de ilícita.
La capitalización de mercado de YPF es actualmente de unos 10 400 millones de dólares, luego de que las acciones de la firma perdieron cerca de un tercio de su valor en el 2012 ante las constantes presiones de Argentina para que incremente las inversiones y el temor a una expropiación.
El Gobierno argentino dijo el martes que se está revisando información “secreta” de la empresa para determinar el valor de la compañía en el mercado. “Los números de los que estaban hablando los directivos o ex directivos de manera muy imprudente acerca del valor de la compañía van a ser revisados a medida que podamos conocer los vericuetos y la información secreta que la propia empresa manejaba”, dijo el subinterventor de YPF, Axel Kicilliof, en el Congreso.
El martes al mediodía, una comisión del Senado argentino comenzó a debatir el proyecto de expropiación gubernamental, en una reunión de la que participaron Kicilliof y el actual interventor de YPF, el ministro de Planificación Julio De Vido. Kicillof sugirió que Repsol financió en los últimos años su expansión internacional “exprimiendo” a YPF debido a los dividendos que la compañía distribuyó.
“Que no nos vengan a decir que les estamos sacando algo que era suyo y que no han exprimido hasta la ultima gota”, aseveró. Las acciones de Repsol y de su accionista Sacyr cayeron un 6,06 y un 5,92 por ciento, respectivamente en Madrid.
En tanto, los papeles de YPF se hundían, en tanto, caían un 7,7 por ciento a 107 pesos en Buenos Aires. Argentina no dijo cuánto pagará por YPF y, de acuerdo con las leyes locales, debe negociar con Repsol-YPF el precio de la indemnización. En caso de un desacuerdo, un tribunal decido en base a una tasación de un organismo oficial.
Brufau dijo que su estimación no incluye el gigantesco yacimiento de hidrocarburos no convencionales Vaca Muerta descubierto por la petrolera argentina, que era estratégico para Repsol-YPF dado que podría haber incrementado exponencialmente sus reservas con ese depósito.
“El abanico de medidas de defensa que podrían adoptar es amplio y podrá comprender acciones individuales o de clase en los diversos países involucrados, incluyendo demandas de carácter constitucional, administrativo, de mercado de valores, de carácter civil o mercantil o de resarcimiento de los daños y perjuicios causados,” aseguró Brufau.
Sin embargo, Argentina tiene cientos de millones de dólares pendientes de pago por fallos contrarios en tribunales arbitrales internacionales. El mes pasado, Estados Unidos decidió suspender las preferencias comerciales que gozaba Argentina debido a que el país se niega a pagar más de 300 millones de dólares en juicios perdidos por disputas de inversión.
Un tiro en el pie
La decisión argentina levantó una ola de críticas en la comunidad internacional, desde Madrid a la Unión Europea y México. El ministro de Asuntos Exteriores de España, José Manuel García Margallo, afirmó que el tema se tratará el viernes en consejo de ministros e insistió en que la decisión será negativa para la inversión extranjera en el país.
“Argentina se ha dado un tiro en el pie con esta decisión. Argentina podría haber cortado el acceso a la financiación con esta decisión,” declaró Margallo a periodistas. El Gobierno español convocó el martes al embajador argentino, Carlos Bettini.
El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, dijo el martes que espera que Argentina respete los acuerdos internacionales sobre protección de negocios con España.
“Estoy seriamente decepcionado por el anuncio de ayer (lunes). Esperamos que las autoridades argentinas respeten sus acuerdos y obligaciones internacionales, en particular aquellas que resultan de un acuerdo bilateral sobre la protección de las inversiones en España”, dijo Barroso.
Las necesidades energéticas de Argentina han sido una bomba de tiempo desde hace años, pero para el Gobierno se volvieron prioritarias recientemente debido a que el creciente costo de importación de combustible está erosionando el preciado superávit comercial.
Argentina, aún sin acceso a los mercados internacionales de crédito tras una cesación de pagos en el 2001, tiene en su superávit comercial una de las pocas fuentes de divisas.
La producción de crudo cayó un 5,9 por ciento y la de gas natural un 3,4 por ciento el año pasado, cuando la demanda energética creció un 5,1 por ciento, según datos del Instituto Argentino de Petróleo y Gas (IAPG).
La importación de alternativas más caras, como gas natural licuado (GNL) y diésel, creció más del doble en el 2011 a unos 9 300 millones de dólares.