El mercado petrolero se está alineando nuevamente a favor de las arcas fiscales de Ecuador, aunque la política generalizada de subsidios termina por anular cualquier beneficio.
En lo que va del año, el precio del crudo ecuatoriano ha ganado alrededor de ocho dólares, valor que puede ser mayor si se considera que venía creciendo desde finales del 2013. Por cada dólar que suba el precio del petróleo, los ingresos netos para el Fisco aumentan en USD 46 millones, según las autoridades. Cada dólar de aumento le cae muy bien a las finanzas públicas, en un año complicado por las mayores importaciones de derivados previstas para el 2014, debido a la paralización de la Refinería Esmeraldas.
El año pasado, sin paralización de la Refinería, Ecuador importó 46 millones de barriles de combustibles, 15% más respecto al año previo. Y además tuvo que destinar unos USD 5 500 millones para la compra de combustible, un 10% más respecto al 2012.
Al final, los mejores precios del petróleo se anulan con la política generalizada de subsidios a los combustibles, que el año pasado costó USD 3 666 millones al país, básicamente por los subsidios al diésel y la gasolina.