En la capital, poco a poco se han retomado las actividades que se mantuvieron en pausa durante las manifestaciones. Desde el viernes 1 de julio de 2022 ya hubo más congestión y más personas salieron.
Y aunque los viajes se retomaron en las terminales terrestres, aún no llegaron muchos usuarios. Al menos así se vio ayer en la terminal de Carcelén, en el norte.
Lo que sí hubo fue una mayor demanda de encomiendas. Aun así, los buses ya salieron principalmente a destinos como Ibarra, Tulcán y San Gabriel, según contó Francisco Benalcázar, supervisor de Operaciones.
Los buses que van a otras localidades, como Guayaquil, aún no han salido llenos. Así lo comentó Verónica Espinoza, de una de las boleterías. Agregó que llevaron a cerca de 25 personas, cuando por lo habitual es que vayan 42.
En los locales comerciales de la terminal de Carcelén las ventas fueron escasas, tal y como lo confirmó Jéssica Vaca, propietaria de un quiosco. “Sí vienen personas pero no compran nada”.
Mercados están abastecidos
Desde la Agencia Distrital de Comercio recordaron que los mercados de la capital están abastecidos en casi el 100%. Y ayer, decenas de compradores llegaron a estos espacios. Sin embargo, los precios aún no bajan del todo.
En el mercado Iñaquito, la vendedora Erika Chiguana dio cuenta de lo costosos que siguen productos como aguacates: los grandes están a USD 1 por unidad, lo mismo que cuesta la libra de frutillas.
En cuanto a los vegetales, la vendedora María Tibán comentó que los precios no han variado mucho. El costal de zanahorias estaba en USD 22 y la libra, en USD 1.
El gentío volvió al Centro
La desolación que se vio en días pasados ya no se repitió ayer en el Casco Colonial. Hubo congestión en las calles aledañas y decenas de personas caminaron por las calles peatonalizadas e ingresaron a los locales comerciales y restaurantes.
Lo que sí se mantuvo fue la preocupación en algunos negocios. Guadalupe Tito, de la Dulcería Colonial, dijo que las pérdidas económicas son altas. Pese a que sí abrió el local, no tuvo clientes.
Algo similar a lo que ocurrió en la cafetería Delicias de la Plaza Grande, según su propietaria Hayde Real. “Estoy atrasada con dos meses de arriendo”.
La cafetería Capellanes también enfrenta graves problemas, señaló su propietaria Nancy Quaichar. Su anhelo es que los turistas regresen como ya lo hicieron ayer.
La distribución del gas aún no se normaliza
Los camiones de gas aún no han retomado sus habituales recorridos que cumplían cada mañana en los diferentes sectores de la ciudad. De hecho, algunos que salieron con pocos cilindros ayer no avanzaron mucho porque los usuarios se les acercaban en plena calle. Otros aún fueron a centros de acopio como el de San Bartolo, en el sur de la capital.
Allí se entregaron 150 turnos para quienes permanecían formados en una larga fila. El último turno lo tenía Patricia Endara, quien se quejaba por el desorden.
En las afueras de este centro, un camión se detuvo para vender el cilindro a USD 3,50 pero pocos lo lograron en medio de la aglomeración y los empujones. Incluso se robaron un cilindro. “Me parece injusto que solo por salir de la distribuidora ya se cobre USD 3,50”, señaló Santiago Moposita.
Lo mismo le pasó a Cristina Carranco, moradora de la Biloxi, quien compró una hornilla eléctrica para esterilizar los biberones. “Estuvimos dos días llamando al distribuidor. Mi esposo le rogó y hoy nos llamó para ir a retirar de su casa, pero nos vendió a USD 5”.