Quirografarios se usan más para pagar gastos de salud y deudas

Luego de realizar avances en su trámite virtual, un afiliado entrega documentación en las oficinas del Biess en la Plataforma Financiera, en Quito.

Los quirografarios, que entrega el Banco del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (Biess), se han convertido en una fuente de liquidez para los ecuatorianos en la pandemia.
Mariana, quien no dio su apellido, pidió en mayo un quirografario de USD 4 000, a 4 años plazo, después de que su empleador redujera la jornada y los salarios a sus empleados.
“Con lo que gano ahora no me alcanza para todo lo que pago mensualmente, incluidas las pensiones del colegio de mis hijos. Saqué el quirografario para terminar con algunas deudas urgentes y pagar por completo los últimos meses de clases”, narra Mariana.
De enero al 24 de julio de este año, el Biess entregó USD 1 718,2 millones en estos créditos, unos 193 millones más que en igual período del 2019.
El 91% del monto aprobado en este año fue solicitado por afiliados y jubilados para gastos de salud, pagar deudas e invertir en educación.
De ellos, la salud abarca la mayor cantidad de préstamos. Los clientes del Banco recibieron USD 738,9 millones para cubrir ese rubro; junio fue el mes en que más dinero se concedió.
Que las personas se endeuden por esta razón es otra evidencia de las falencias del IESS en las prestaciones de salud. Buscan una mejor atención y medicinas en el sistema privado, más ahora durante la pandemia, reflexiona Jorge Madera, exdirector del IESS. Él explica que el quirografario es un préstamo de consumo, ya que no se destina a la producción sino a necesidades puntuales y a gastos suntuarios.
De hecho, el segundo motivo para buscar este financiamiento es el pago de deudas, ya sea por consumos con tarjetas de crédito u otras obligaciones.
Rocío Cisneros, de 60 años, adquirió un préstamo tras quedar desempleada en marzo. La pandemia causó el cierre de la empresa constructora donde laboró por 25 años.
Ese mes alcanzó las aportaciones suficientes para jubilarse, pero ante la incertidumbre de que ese trámite demore y no disponga de recursos líquidos, optó por endeudarse.
Parte del dinero que recibió lo usó en las necesidades diarias de su hogar y guardó otra parte para emergencias. Es la segunda vez que adquiere un quirografario. El primero fue hace cuatro años, para ir a Europa a visitar a su hijo.
Viajar dejó de ser un motivo importante para pedir créditos. Antes de la pandemia, entre enero y marzo, el Banco otorgó USD 52 200 por concepto de turismo, pero desde abril la cifra cayó y desde entonces apenas se entregaron USD 1 115. Los préstamos para comprar vehículos también se vieron afectados, ya que en mayo, junio y julio, el Biess no registra ninguna operación.
De igual modo, en abril y mayo los montos colocados cayeron, pero se registró una fuerte recuperación desde junio.
Para Néstor Rodríguez, analista en Seguridad Social, si bien menos gente ha pedido quirografarios desde abril, sus necesidades de financiamiento son más elevadas que antes, por lo que piden montos más grandes que el año pasado.
“Es un reflejo de lo que está ocurriendo en el país, a causa del desempleo y de la reducción de ingresos”, comentó.
USD 1 350 es el monto promedio que afiliados y jubilados solicitan en quirografarios en este 2020.
Los expertos Rodríguez y Madera sostienen que el Biess enfrenta un escenario complejo para la concesión de préstamos, sean quirografarios o hipotecarios. La disminución de afiliaciones y las deudas del Estado con la institución reducen los ingresos para fondear el financiamiento que requieren los clientes.
El Biess dijo que mantiene la meta de quirografarios en USD 2 260 millones para el 2020.