Las autoridades del sector eléctrico tienen un problema menos luego que se postergara el paro de la Refinería de Esmeraldas.
El cambio de fechas para intervenir la planta, de octubre de este año a septiembre del 2013, garantiza la provisión de derivados que usan las centrales termoeléctricas con la llegada del estiaje.
Este período se extiende en el Austro desde octubre hasta marzo y se caracteriza por la caída de los caudales que alimentan a las principales centrales hidroeléctricas del país por falta de lluvias.
Los reportes de la Corporación Eléctrica del Ecuador (Celec) y el Centro Nacional de Control de la Energía (Cenace) confirman las primeras señales del estiaje.
Los caudales del río Paute que alimentan a los embalses de Mazar y Amaluza (los principales del país) han bajado significativamente desde agosto pasado.
El boletín del Cenace del 13 de agosto pasado indicó que en las primeras semanas de ese mes, el caudal del río cayó de 100 metros cúbicos por segundo (m³/s) a 50 m³/s, cuando el registro previsto estaba en 130 m³/s.
Esta situación se agudizó en las últimas semanas. Según un boletín de la Celec, del martes pasado, los caudales de ingreso a Mazar y Paute promediaron 35,3 m³/s.
Pero, la reservas de agua en ambos embalses casi no ha bajado.
Las autoridades eléctricas han logrado mantener las reservas poniendo a funcionar al máximo el parque termoeléctrico (centrales que consumen combustibles para generar electricidad), que fue ampliado en este año.
En el 2012, Ecuador sumó 220 megavatios (MW) de potencia térmica con las nuevas centrales de Jivino, Santa Elena y Jaramijó, las cuales consumen residuo de petróleo o fuel oil #6, producido por la Refinería de Esmeraldas.
Adicionalmente, seis motores de 20 megavatios cada uno, en la central Machala Power, entraron a funcionar a base de gas natural.
En total, la capacidad termoeléctrica subió en 340 MW (34% de la potencia de Paute) y su utilización también creció progresivamente en las últimas semanas de agosto junto con la importación de energía de Colombia.
Por ello, en esta semana las térmicas produjeron el 40,5% de la demanda de energía eléctrica del país. Las importaciones de Colombia representaron un 10% y la hidroeléctricas un 47%. El saldo fue generación por biomasa.
Con estas medidas se ha logrado mantener las reservas de agua para el estiaje, pese al bajo caudal que abastece a Paute y Mazar.
Asimismo, a diferencia de lo que ocurría en años pasados, cuando se importaba diésel para mantener operativas las plantas térmicas, ahora apenas representa el 7%. La mayor parte del combustible, un 70%, es fuel oil y el 21% es gas natural.
En este escenario, una para de la Refinería de Esmeraldas afectaría la provisión de fuel oil de las térmicas. Pero, Petroecuador descarta un desabastecimiento.
En un informe del 2 de febrero pasado, la estatal estimó que el consumo interno de fuel oil para las centrales termoeléctricas estaba garantizado. Si bien se calculaba una caída de producción con la para de la Refinería, ese volumen tenía como destino la exportación. La producción de fuel oil para el consumo interno (termoeléctricas e industrias), preveía un excedente de 700 000 barriles.
Con el cambio de cronograma de la para en Esmeraldas, el problema se postergó, pero volverá a plantearse el próximo año.
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