Entrevista con Julio José Prado es presidente de la Asobanca. Foto: Archivo / EL COMERCIO
Julio José Prado es PhD en Management y Economía por la Universidad Lancaster, Reino Unido. Economista por la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE) e Ingeniero Comercial por la Universidad de las Américas (UDLA).
¿Cómo se cierra el 2020 para la banca local?
Se vivieron tres etapas. La primera, en los meses iniciales de la pandemia, fue de ‘shock’. En la segunda etapa -de julio a septiembre- se trabajó mucho en diferimientos de corto plazo, reestructuraciones, refinanciamientos, novaciones. La tercera es la que estamos viviendo, que es la de contabilización del efecto más duradero (de cara al 2021) en términos de pérdidas de cartera y liquidez y efectos en los balances bancarios. También es de revisión del impacto del fin del plazo de los beneficios dados por la Ley Humanitaria. Lo que vemos es que cerramos el 2020 con una posición de liquidez y entrega de crédito mejor a la que esperamos, con cifras que muestran solidez.
¿Cuáles?
La banca proyectaba una caída de la liquidez y depósitos al cierre del año, ventajosamente eso no se dio y se registró un aumento del 11% interanual. Es decir, vamos a cerrar con más depósitos de los que teníamos a inicios del 2020. Hay confianza y liquidez agregada a la economía.
¿Cómo va la recuperación de la cartera o pago de deudas de los clientes?
Si bien hay problemática y hay complicación de buena parte de los clientes para pagar sus deudas a tiempo, las medidas que se tomaron en el segundo trimestre, de diferimiento y alivio financiero, dieron un respiro muy importante. La cadena de pagos lentamente comienza a recuperarse, aunque no a los niveles de la precrisis. Con aquellos clientes con quienes aún hay problemática se están haciendo reestructuraciones y refinanciamientos, ya no de forma agregada sino de forma individualizada. Con esto, y guiados por el comportamiento de noviembre, cerramos un sistema bancario con una muy buena tendencia al alza, un buen nivel de provisiones, del 250% de cobertura, y un buen nivel de liquidez, del 31%. El indicador más negativo será el de la rentabilidad, hay una caída importante a noviembre: 9 puntos porcentuales, frente a igual mes del año pasado. La caída de utilidad es del 65%.
Pero esa cifra se compara con un año récord: el 2019. Además, hasta noviembre fueron USD 206 millones de utilidad, pese a la crisis. ¿Cómo se explica eso?
En el 2019 se logró una utilidad de USD 606 millones, gracias a una buena colocación y captación. El 70% fue a provisiones y capitalización del sistema bancario. Ventajosamente se hizo eso, ya que sirvió para afrontar la crisis de este año. Este año vamos a terminar con unos USD 200 millones de utilidad, una caída fuerte comparada con otros sectores. Esa utilidad servirá para recapitalizar y fortalecer el patrimonio, porque sabemos
que el 2021 aún será complejo. La recapitalización estará sobre el 90% y, en algunos casos, 100%. No tener utilidades más bien sería un signo de que algo no está funcionando bien.
¿Cómo cerrará la colocación de crédito en este año?
El 2019 la cartera cerró en USD 30 000 millones, una cifra récord. Esto nos hacía presagiar que el 2020 iba a ser un buen año. En noviembre, el saldo de cartera bruta fue de 29 180 millones, unos 800 millones por debajo del 2019. A diferencia de los depósitos, la colocación de créditos ha venido creciendo más lento. Pero con la recuperación que estamos viendo en el consumo y en algunos sectores puede que logremos cerrar en un nivel similar al del 2019, lo cual es positivo, porque este año fue muy complicado, con una caída dramática de la demanda de crédito y problemas de recuperación de cartera.
¿Cómo está reaccionando la banca en la entrega de crédito, dada la crisis?
En un año como este, en el que los perfiles de riesgo de todos los clientes han cambiado, el análisis de la banca tiene que ser muy prudente. El dinero que se entrega es de los depositantes. Si se entregan recursos a sectores de muy alto riesgo se puede tener una crisis de recuperación de ese dinero. Esto es algo que la banca ya ha aprendido del pasado y es un error que no volverá a cometer. No existe sector al cual el crédito esté cerrado, cada banco está considerando cuáles son las operaciones que se pueden mantener. En el caso de tarjetas de crédito, hay una reducción de los topes totales de crédito, porque no se quiere sobreendeudar al cliente.
¿Cómo proyecta el 2021?
El 2021 va a ser de recuperación constante en la colocación de crédito; salvo que haya una nueva ola, y se requiera
una nueva cuarentena. Se espera que la liquidez siga alta y que la colocación empiece a entrar en terrenos positivos interanuales. Abril y mayo fueron los meses más duros, pero en adelante vimos colocaciones crecientes, por encima de USD 2 000 millones al mes y por arriba de 500 000 operaciones nuevas. Es una muestra de la recuperación de este segmento, que estaba muy caído.