Entrevista del día. Elsa de Mena. Analista económica
El Gobierno está listo para ejecutar la novena reforma tributaria de su gestión. ¿Son adecuadas y justificadas la aplicación de las reformas?
Lo negativo de aplicar sucesivas reformas tributarias es que la gente se pregunta ¿qué más vendrá después, qué más habrá? Y además, detrás de las industrias de cigarrillos o del whisky hay seres humanos trabajando. Al sentir las empresas el impacto, empiezan a restringir mano de obra y todo se convierte en una cadena.
Según eso, aplicar una reforma tributaria nunca sería recomendable porque siempre alguna parte va a sentirse perjudicada…
Los impuestos nunca son bienvenidos por la sociedad, sin embargo hay que pagarlos y contribuir con el Estado. Pero lo que me llama mucho la atención es que hoy se plantee una nueva reforma tributaria en un momento en que el Estado está recibiendo casi USD 1 000 millones de ingresos adicionales por los altos precios del petróleo y otros rubros.
Visto así, nunca, ninguna cantidad va a ser suficiente para satisfacer al Estado. Y entonces, la sociedad empieza a sentir que se está traspasando el límite de lo justo.
Lo lógico es que el Estado priorice el gasto, que vea cuáles son los absolutamente necesarios.
Estamos muy claros en que los impuestos son necesarios para el sustento de una política fiscal eficiente. Pero lo que no estamos claros es en que haya una liberalidad en el gasto público.
El Gobierno justifica la aplicación de la nueva reforma en objetivos de salud pública y cuidado ambiental.
La salud siempre va a demandar mucha cantidad de recursos y nadie dice que no se la atienda. Pero hay que aprender a administrar, tomando en cuenta que la política tributaria es una parte de la política fiscal. Repito, no es comprensible que habiendo un dinero adicional tan grande se plantee otra reforma. Hay un exceso.
¿Cómo administrar bien?
Debe dejar que el sector privado participe en la economía. Si el Estado quiere hacer todo, nunca va a tener dinero suficiente. Entonces, es hora de que el Gobierno clarifique si estamos yendo hacia un sistema comunista.
La autoridad tributaria defiende que la mayoría de reformas se ha tomado en beneficio de la ciudadanía.
La política impositiva no tiene que beneficiar ni perjudicar a nadie, debe ser neutral. Los ciudadanos no deben invertir solo porque le exoneran de impuestos. Es como en nuestras casas, si cada vez que el niño pide dinero, nos alocamos por satisfacerlo, haremos mal. Por eso, hay que poner límites. Si el Estado quiere hacer todo, nunca va a tener suficiente. El modelo estatista no está resistiendo la urgencia económica.
¿En qué sostiene que hay liberalidad en el gasto?
Cuando estuve al frente de Rentas hacía las refacciones de las oficinas pisito por pisito. Cien mil dolaritos me daban cada cierto tiempo. Ahora les dan, como si nada, USD 3 millones. Comparemos cómo se gastaba antes y cómo ahora. Dirán que los sistemas y la infraestructura son mejores; no lo sé, pero hay liberalidad y no se nota prudencia en el gasto.
Según el Director del SRI, la presión fiscal es una de las menores en la región y que aún se puede ajustar.
¡Que se olvide de ese cuento! La presión fiscal debe incorporar todos los impuestos, tasas y contribuciones que pagan las personas. Está alrededor del 30%. Que el pago al IESS, que los prediales, que las contribuciones especiales a los municipios… Ese cuento ya no nos comemos. Todos sentimos que pagamos más.
¿POR QUÉ ESTÁ AQUÍ?
Su experiencia. Ex Directora de Rentas. Catedrática. Consultora en temas económicos y ciudadanos.
Su punto de vista. No hay justificación para cobrar más impuestos habiendo estos días ingresos adicionales tan grandes para el Fisco.