Transcurrido más de un año de la llegada de la pandemia, la provincia de Pichincha está enfocada en avanzar hacia la reactivación económica y productiva, con la ejecución de iniciativas que provienen del sector público y el privado.
Esas propuestas surgen, según la Prefectura de Pichincha, por los efectos que ha dejado la pandemia en el empleo y en los sectores productivos, sobre todo en el agro y el turismo. En ese contexto, la prefecta Paola Pabón dice que la entidad promueve tres ejes para la reactivación: garantizar el riego para la producción, transformar la producción y comercializar lo transformado.
“Con la implementación de los Centros de Valor Agregado (Cevas), entre 2019 y 2021, hemos invertido e invertiremos USD 443 000. Además, hemos asistido a 11 000 trabajadores autónomos; se ha apoyado a 5 000 productores pecuarios; a 15 000 productores agrícolas, y 304 asociaciones. Efectuamos 48 ferias en la provincia, articulando a 674 productores de la economía familiar”.
En turismo, en junio, la Prefectura lanzó el programa ‘El Mundo de la Mitad del Mundo’; y hasta fin de año prevé incluir tres Cevas de exportación de café, cacao y panela.
Otra estrategia la lidera Cayambe. Su alcalde, Guillermo Churuchumbi, sostiene que en el cantón la reactivación está enfocada en el sector agrícola y turístico. En esa línea, dice, los agricultores han recibido cerca de 1 millón de plántulas de hortalizas y participan en ferias agroecológicas, para abastecer de alimentos sanos y dinamizar la economía local.
Adicionalmente, más de 172 operadores turísticos tuvieron capacitaciones sobre los protocolos de bioseguridad. Además, Cayambe recibió la certificación Safe Travel, para reactivar este sector y forma parte de la red de pueblos mágicos del Ecuador, al haber consolidado el proyecto comunitario de la ruta Kayambi Ñan.
Con turismo sostenible y producción agroecológica hay otros proyectos que se concentran en el noroccidente de Pichincha. Uno de ellos es la Red de Jóvenes del Chocó Andino, que nació hace tres años. Además, se involucran las parroquias rurales de Quito, Calacalí, Nono, Nanegalito, Pacto, Gualea y Nanegal.
Otras de las actividades que empieza a despegar en la provincia, en Pedro Moncayo, está relacionada con el cannabis no psicoactivo y el cáñamo industrial. Este cantón tiene aprobadas, para esos cultivos, 48 hectáreas. Pedro Moncayo y Mejía concentran el 73% del área aprobada en Pichincha.
Pablo Zambrano, titular de la Cámara de Industrias y Producción, dice que los sectores agrícola e industrial de la provincia necesitan liberar recursos y financiamiento que les permita diversificar sus productos, articular encadenamientos productivos mediante inversiones en infraestructura, en conocimientos y su aplicación productiva. “Para concretar mayor financiamiento, se requiere de un marco macroeconómico adecuado y que el país sea atractivo para el capital foráneo. Debemos pensar en un financiamiento verde, encaminado a reducir la huella de carbono y potenciar la productividad”.