En agosto no era común hallar grandes cantidades de pez dorado en las costas de Esmeraldas. Pero han aparecido en las últimas faenas.
Carlos Rodríguez, pescador de Esmeraldas, cuenta que captura, en promedio, 300 libras de dorado por cada viaje de dos o tres días. “El año pasado, en la misma fecha, solo pescaba un pescado de 30 libras”.
Él atribuye el cambio a los primeros síntomas del aparecimiento del fenómeno El Niño. “El dorado llega cuando se calienta la superficie del mar. Normalmente entre diciembre y marzo de cada año (invierno)”.
Pero cuando existe un fenómeno como El Niño -agrega- se puede hallar todo el año. Él recuerda que eso ocurrió en 1988, cuando El Niño llegó. Entonces hubo pescadores que lograron hasta 2 000 libras por viaje.
Lo que está ocurriendo alienta a los pescadores. El dorado es demandado a escala local y en el exterior. Principalmente en EE.UU.
El desembarque anual de pesca artesanal es de 12 071 toneladas en el país. Esmeraldas representa el 70% de ese total, según la Subsecretaría de Recursos Pesqueros.
Nicanor Caicedo, comerciante de dorado, señala que en el último mes ha duplicado la entrega de pedidos de dorado en filetes (300 libras). El año pasado no vendió la especie.
El representante del Instituto Geográfico de la Armada, en Esmeraldas, Elvis Bastidas, dijo que las aguas del océano se mantienen a una temperatura de entre 24 y 26 grados. Para él, no hay mayor cambio en el clima.
Pero Dover Velásquez, otro pescador, dice que no hay otra explicación. La pesca de dorado le representa USD 700 por viaje. El año pasado solo fue USD 100.
Enrique Rangel, que llegó de pescar ayer en la mañana, dijo que a 200 millas las lluvias son intensas. Llueve hasta dos días seguidos, hace frío y el mar está calmo. Capturó 500 libras de dorado. “Esto me recuerda al fenómeno de El Niño de 1998, cuando no había ni dónde poner tanta producción”, señaló.
Según la Inspectoría de Pesca, en temporada alta, de diciembre hasta marzo, cada embarcación captura un promedio de 1000 libras de dorado por viaje.
La veda incidental del dorado empezó el 1 de julio y terminará el 7 de octubre. Cada dorado debe ser registrado por los inspectores de pesca.
En Esmeraldas, el pez es capturado a 200 millas, pero con el calentamiento de las aguas se halla a 150 millas náutica, explica Rodríguez. La especie busca la costa. Eso podría abaratar los costos de operación de los pescadores. En cada viaje se invierten USD 400, entre compra de combustible y alimentación. Ahora USD 100 menos. En los meses denominados de escasez se paga hasta USD 3,50 la libra del producto.
Raúl Zambrano, inspector de Pesca en Esmeraldas, aseguró que los volúmenes capturados de dorado no necesariamente determinan la presencia de El Niño. “Las aguas siempre están cambiando”, asegura. En cambio para Ovidio Quiñónez, uno de los pescadores más antiguos, los cambios bruscos de clima son una señal de que El Niño se aproxima.
Cambios en alta mar
Cada vez se encuentran más tiburones y langostinos cerca de las costas de Esmeraldas. Los pescadores dicen que es por el calentamiento de las aguas.
En esta semana, en alta mar se reportaron fuertes lluvias, vientos y fuertes oleajes. Los pescadores han tenido que reforzar sus lanchas.
El Niño puede incidir en la migración de especies utilizadas para la elaboración de harina de pescado, como la carduma.