Petrolera buscará crédito para arreglar pozos

Gente ajena a la operación paró la central eléctrica y después se sustrajo cables del área petrolera Libertador. Foto: Julio Estrella / EL COMERCIO

Gente ajena a la operación paró la central eléctrica y después se sustrajo cables del área petrolera Libertador. Foto: Julio Estrella / EL COMERCIO

Gente ajena a la operación paró la central eléctrica y después se sustrajo cables del área petrolera Libertador. Foto: Julio Estrella / EL COMERCIO

En los ocho años que Byron Anangonó trabaja en el campo petrolero Sacha Bloque 60, en Orellana, jamás había temido por su vida hasta el pasado 7 de octubre, cuando su historia cambió.

Ese día, una turba de manifestantes irrumpió violentamente en las instalaciones y obligó a parar el bombeo de crudo. Byron, quien es administrador de campo, cuenta que las personas arremetieron con piedras, palos y bombas molotov. Ingresaron al campamento donde están habitaciones de obreros e infraestructura para la extracción de crudo.

Una vez dentro, ordenaron suspender las actividades y destrozaron todo a su paso. El vehículo de uno de los empleados, que estaba en el estacionamiento, quedó totalmente calcinado tras ser impactado por una bomba molotov.

La violencia era tal que Byron y tres compañeros tuvieron que refugiarse en el baño de la garita de seguridad. Recuerda que las personas atacaban la puerta y la ventana con lanzas para poder ingresar. Producto de ello, un vidrio roto cayó sobre su rostro y le cortó la piel del tabique.

Los manifestantes saquearon habitaciones y oficinas, causaron destrozos, robaron equipos, cortaron los cables de electricidad que conectan con los pozos y se los llevaron. La afectación se estima en unos USD 200 000. Aparte, también se llevaron pertenencias de los trabajadores.

El ataque de los vándalos pudo ser controlado por un grupo de militares. Los 160 trabajadores que ese momento se encontraban en el campamento fueron evacuados.

Cuatro días se paralizaron las actividades de producción por completo y luego se han ido retomando paulatinamente. Hasta el momento se calcula que el país ha perdido 493 000 barriles de petróleo del Bloque 60, lo cual equivale a USD 27 millones, informó Rocío Íñiga, jefa del campo Sancha. La operación de este campo está a cargo de la estatal Petroamazonas.

“Aún no logramos estabilizar del todo. Hoy (ayer) cerramos con una producción de 68 000 barriles, de los 72 500 diarios que teníamos”, explicó Íñiga.

Por la interrupción no programada, cuatro pozos de Sacha registran inconvenientes y su reparación significará una inyección aproximada de un millón de dólares.

En el campo Libertador, del Bloque 57, en Sucumbíos, otra turba de personas robó los cables de cobre de las tres cajas de variación de voltaje. Esos alambres de alta tensión conducen la electricidad que requieren los pozos. Sin ellos no es posible extraer crudo.

Ángel Balarezo, responsable del campo, contó que también fueron atacados el 7 de octubre. Primero, los manifestantes forzaron a que se apagara la central eléctrica que provee de energía al lugar.

Después, con herramientas especiales se llevaron alrededor de 5 quintales de cable de cobre. Según Balarezo, cada uno se comercia en USD 100 en el mercado negro.

Pero para la estatal, el daño fue de USD 800 000 solo por equipos afectados. “Tenemos que cambiar los tres variadores”, explicó el técnico.

El campo dejó de bombear 700 barriles al día, lo que significa USD 380 000 en ingresos perdidos para el Estado.

No fueron las únicas áreas invadidas. En total, reparar los daños causados en más de 100 pozos en Sucumbíos y Orellana representará un gasto adicional de USD 48 millones.

Finanzas entregará una parte de esos recursos. Para cubrir el resto, esa Cartera buscará financiamiento externo.

Entre empresas privadas y Petroamazonas fueron casi 2 millones de barriles que no se bombearon, por lo que se dejaron de percibir USD 117 millones.

Según un análisis del Observatorio de Energía y Minas de la Universidad de las Américas, esos recursos habrían sido suficientes para financiar, por ejemplo, dos meses del bono de desarrollo humano y otras ayudas estatales para personas de menores ingresos.

Carlos Pérez, ministro de Energía, señaló que Petroamazonas ha recuperado 96% su de su producción. El bombeo es de 410 000 barriles diarios, faltan 20 000 para alcanzar el nivel antes de la paralización.

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