De 64 cargamentos de crudo Oriente que Petroecuador exportó sin licitación a la Administración Nacional de Combustibles de Uruguay (24 millones de barriles) solo el 3% fue procesado en las refinerías del país del sur.
Ello, bajo el contrato de intercambio de crudo por derivados firmado el 26 de enero del 2010 por los gerentes de ambas estatales y que buscaba justamente un beneficio mutuo en precios.
Pero pese a que Ancap no refinó el crudo ecuatoriano sino que lo comercializó con terceros, el Gerente de Petroecuador, Marco Calvopiña, reconoció que no incumplió con el acuerdo.
La sexta cláusula del acuerdo se lo permitía: “Ancap podrá, por razones de optimización de su sistema de refinación, vender el crudo Oriente (…), siempre que no sea a los países de Chile o Perú”.
Pese a que no hubo incumplimiento, Petroecuador no seguirá con el intercambio. El argumento es que la actuación de Ancap no cumplía con el “espíritu” del convenio, dijo Calvopiña.
El petróleo que se venía vendiendo a Ancap ya se comenzó a licitar desde esta semana (ver nota compartida). Y a partir del 2012 se venderá a través de concursos internacionales juntamente con los excedentes de petróleo que resulten por la paralización de la Refinería de Esmeraldas.
¿Cuál fue el beneficio económico que dejó el contrato para el país? El subgerente de Comercialización External de Petroecuador, Nilsen Arias, dijo que al finalizar el acuerdo, en enero del 2012, se hará una evaluación y se conocerán los datos.
Los representantes de Ancap dijeron que el contrato les dejó USD 6 millones, aunque Arias dijo que eso no implica una pérdida para el Estado ecuatoriano.
En un cuestionario que autoridades de Petroecuador respondieron a este Diario, la empresa informó que los 24 millones de barriles de crudo exportado representaron USD 2 135 millones hasta octubre pasado.
Mientras que la importación de 16,5 millones de barriles de diésel, nafta de alto octano y gasolina extra desde Uruguay tuvieron un costo de USD 2 120 millones.
Esto implicaría un saldo favorable para el Ecuador de USD 15 millones. Sin embargo, esos montos no ingresaron a las cuentas de Petroecuador, ya que el intercambio de crudo por derivados no implicaba ni ingresos ni egresos de dinero sino simplemente ‘trueque’ de productos.
Para el jefe de Área Académica de Economía de la Universidad del Pacífico, Jaime Cabezas, el tema va más allá de si Ancap intermedió o no el crudo ecuatoriano.
El catedrático explica que el problema surge cuando el Gobierno se aparta de las licitaciones y lleva a cabo negocios bajo una perspectiva “ideológica y romántica” creyendo que las empresas estatales de otros países operan sin fines de lucro.
Este tipo de acuerdos estratégicos, a decir de Cabezas, siempre acaba en pérdidas para alguno de los países donde se gestan.
El problema se agraba cuando no hay transparencia de información como en las operaciones con Pdvsa, Petrochina y Ancap.
El ex ministro de Energía, Fernando Santos, indicó que el acuerdo con Ancap fue antitécnico por la lejanía de sus refinerías y antieconómico porque se vendía el crudo con precios preferenciales y luego lo revendía la firma uruguaya. “Fue una cortina para ‘algo más’ que debe investigarse”.