Entrevista a Juan Ponce Jarrín. Economista, catedrático y subdirector académico de la Flacso.
El estudio presentado por usted y Alberto Acosta, denominado ‘La pobreza en la revolución ciudadana o ¿pobreza de revolución?’, ha levantado polémica en entornos políticos y económicos. ¿En qué se sostienen para afirmar que el nivel de la pobreza no mejora, cuando el presidente Rafael Correa asegura que disminuyó?
Los datos que manejamos son exactamente los mismos que utiliza el Gobierno. Lo que hay es una lectura diferente de ellos. El Presidente dice que la pobreza cayó de 37,4 a 35,8% entre el 2008 y el 2009. De acuerdo, pero no hace una comparación histórica. Ahí se ve cómo la pobreza venía reduciéndose y en este gobierno se ha estancado.
Pero el Gobierno dice que no se puede comparar con el 2000, porque el país salía de una crisis profunda y la caída de la pobreza fue mayor en el inicio de la década.
También estamos de acuerdo con eso. Pero comparemos dos períodos: del 2003 al 2006, la pobreza cayó 10 puntos, mientras que entre el 2007 y el 2009 cayó solo dos puntos. Lo mismo sucede con el análisis de la extrema pobreza. Hay que ser transparentes y sinceros. ¿Por qué cuando logran resultados positivos muestran toda la evolución histórica pero cuando les va mal solo muestran cifras del 2007 para acá?
La crítica hacia su estudio es que se minimizó en su análisis un año de crisis mundial como fue el 2009.Eso es relativo. Este gobierno vivió en el 2008 uno de los años de mayor crecimiento de toda la década, con un alza del Producto Interno Bruto (PIB) del 7,2%. El mejor año fue en el 2004 cuando el país creció en un 8,8%.
Rafael Correa tuvo un año de vacas gordas. Durante toda su gestión el Gobierno ha estado forrado de plata. Tiene altos ingresos petroleros y tributarios. Culpar a la crisis de la pobreza existente es una pobreza de análisis y de interpretación. Lo que hay es una ineficiencia en la política pública, porque con toda la plata del mundo no se ve el resultado esperable.
No se puede dejar de reconocer que la inversión social es las más alta de la historia…
En nuestro estudio reconocemos las cosas buenas de la revolución ciudadana, entre ellas que se haya triplicado la inversión social. No estamos criticando ni ‘sacando la madre’ a nadie, solo queremos llamar la atención sobre un problema de política pública. En lugar de descalificarnos deberían analizar los datos oficiales y adoptar soluciones.
¿A qué se refiere con problemas de política pública?
Hay ineficiencia en la política pública, porque han tenido condiciones bastante favorables y no se ven los resultados que deberían haber. Si analizamos a fondo, los programas que aplica el Gobierno son los mismos de la “larga noche neoliberal” pero con más plata. No hay interés en mejorar la calidad del gasto, sino solo la cantidad. Son los mismos programas en nutrición, en salud , en educación… Eso es falta de creatividad. Por ejemplo, el almuerzo escolar se aplica desde hace años, solo que en lugar de destinar 30 hoy se destina 90, por decir un número.
El Presidente se ha transformado en el “Gran constructor”, porque eso sí que hay que reconocer que la obra vial es excelente. Sin embargo, ya hay “elefantes blancos” como el aeropuerto de Santa Rosa o el puente de Bahía.
Retomando el tema específico de la pobreza, la Comisión Económica para América Latina (Cepal) aclaró que la pobreza en el Ecuador se redujo y no aumentó tal como lo anuncio inicialmente. ¿Cómo se explica eso?
No, no dio la vuelta a sus resultados. Lo que pasa es que la Cepal en la presentación de su informe aclara que para el caso ecuatoriano la pobreza urbana aumentó en alrededor de un punto, lo cual estadísticamente no es significativo. Pero, al ampliar su análisis nacional, se reconoce una disminución, que tampoco es significativa. El meollo del asunto es que entre el 2008 y el 2009 no pasó nada en el tratamiento de la pobreza, se mantiene en línea recta. Y eso no es culpa de la crisis, porque el Gobierno sí tuvo plata.
No obstante, las principales autoridades del sector social y económico reiteran que sí hay una disminución de la pobreza, en especial entre la población indígenas.
Repito, hay disminución, pero no es significativa para los recursos que se manejan. E históricamente, de una reducción sostenida se pasó a una desaceleración.
Y precisamente, al desglosar por grupo humano, encontramos algo que nos llamó la tención. Entre el 2003 y el 2006 la extrema pobreza por ingresos entre los indígenas cayó 10 puntos, mientras que entre el 2006 y el 2009 subió 10 puntos. Eso es gravísimo.
¿Dónde está el problema?
Encontramos que entre el 2006 y el 2009 aumentó la discriminación en el mercado laboral en contra de los indígenas, es decir, que reciben un sueldo menor comparado con personas de otra etnia, pese a tener similar educación, trabajo, etc.
Y, aunque este problema no depende directamente de la política pública -al tratarse de una relación empleador-empleado- sí debiera haber un papel más protagónico del Estado, en cuanto a regulación. Solo advertimos que algo pasa en el mercado laboral.