La última semana de febrero llegaron al puerto de Fertisa en Guayaquil, las primeras piezas del TBM, tunelera, topo o taladro que será utilizado en la construcción de la central hidroeléctrica Coca-Codo Sinclair.
El proyecto, ubicado al nororiente de Quito en las provincias de Napo y Sucumbíos, tiene cuatro frentes de trabajo: las obras de captación de aguas; la Ventana 2; el Embalse Compensador y la Casa de Máquinas.
La central captará las aguas del río Coca y las conducirá a través de un túnel de 24,8 kilómetros de longitud (túnel de conducción) para que caigan 620 metros hacia las 8 turbinas y produzcan energía. La central tendrá una potencia de 1 500 megavatios. Es decir, uno y medio veces más que Paute.
Para construir el túnel de conducción se requieren de dos TMB o topos, cada uno con una dimensión de 9 metros de diámetro, más de 120 metros de longitud y un peso de 1 000 toneladas.
El primer TBM saldrá de la Ventana 2 hacia las obras de captación en sentido oriente – occidente y el segundo TBM saldrá de las obras de captación también en sentido oriente occidente.
Ambos TBM se fabricaron en Alemania y se transportan en piezas por vía marítimas debido a su volumen y peso.
A Guayaquil arribó ya el primer TBM divido en 93 piezas. De ellas, las de mayor volumen y peso fueron transportadas en primer lugar hacia Sangolquí y desde allí a Baeza.
El problema principal a resolver era el reforzamiento de tres puentes en la vía Quito – Santo Domingo que soportan un peso máximo de 50 toneladas cuando la pieza más pesada del TBM o también denominada Main Drive pesa 105 toneladas.
Este peso, sin embargo, crece a cerca de 150 toneladas debido a que se tiene que sumar el peso del cabezal que lleva la carga y los modulares o bandejas sobre las que se ubica la pieza.
El gerente de Noroccidental, Juan Carlos Andrade, explicó en entrevista a este Diario, que se han reforzado ya los puentes sobre el Río Graguayacu (control integrado de Baeza), el Rio Quijos y el Río Oyacachi.
En ellos se han utilizado estructuras metálicas por debajo que han aumentado su resistencia para el paso de las piezas del TBM. Antes del paso de estas piezas se hizo una prueba de carga la semana pasada. Es decir, que se envió una plataforma con una carga permanente para ver si resistían los puentes. Y en el caso extremo de un colapso, caiga al vacío la carga equivalente y no las piezas del TBM.
Las piezas del TBM se transportan sobre modulares que tienen una longitud de 26 metros y entre 12 a 14 ejes, cada uno de esos ejes con 8 neumáticos. Es decir, estos modulares tienen entre 96 y 112 neumáticos.
Ello sirve para que el peso de las piezas del TBM se distribuya a la largo de la mayor longitud posible a fin de que el puente haga el menor esfuerzo, explica Juan Carlos Andrade.
El diámetro más largo de las piezas del TBM es de 5,8 metros y puede chocar con las estructuras de los puentes. Sin embargo, los modulares sobre las que son transportadas tienen una capacidad de elevarse de manera hidráulica para que ello no suceda.