Viajar desde Quito hasta Berlín (Alemania), con escala en Madrid, sin necesidad de comprar otro boleto en la escala y evitar chequeos en cada aeropuerto, es una de las ventajas del código compartido.
Esta opción es producto de un acuerdo comercial entre aerolíneas, que les permite ofrecer más destinos a los pasajeros y ahorrarles tiempo en los trámites.
Los usuarios pueden planificar un viaje redondo desde Ecuador, conectando las rutas de las aerolíneas que tienen código compartido, como, por ejemplo, LAN e Iberia. Así, un pasajero que desee viajar a Génova (Italia) puede hacerlo a través de LAN, tomando un vuelo a Madrid, donde Iberia se encargará de llevarlo hasta la ciudad del Mediterráneo. Lo mejor es que no necesitará cargar las maletas en las escalas, ya que irán directamente al destino final.
En cambio, si el usuario arma su viaje con aerolíneas que no tienen código compartido, un retraso le puede significar perder la conexión, hacer el trámite para volar a otra hora -bajo un nuevo contrato y pagar la penalidad por el cambio de vuelo.
Los usuarios ven en estos acuerdos una ventaja. Sin embargo, es común que los pasajeros no conozcan que este beneficio es parte de un acuerdo comercial.
Cecilia Espín, ecuatoriana, administradora de empresas turísticas, viajó desde Barcelona (España) a Guayaquil con un solo boleto, en abril del 2010. Ella hizo escala en Madrid (España) y luego arribó a Ecuador con su equipaje y sin preocuparse por la conexión. Lo que la ecuatoriana de 27 años no sabía es que esto es parte del código compartido.
En el país, dos aerolíneas tienen acuerdos de código compartido con aerolíneas extranjeras: AeroGal (con Avianca-Taca) y LAN (con Iberia y American Airlines).
Según LAN, el código compartido complementa los servicios que ofrecen las aerolíneas, ya que se amplía la red de rutas y por lo tanto la oferta destinos .
Otro beneficio para los usuarios es el ahorro de tiempo en las conexiones, ya que se eliminan los procesos de ‘check-in’ en los ‘counter’ de los aeropuertos.
Además, la aerolínea que toma la posta en la interconexión está en la obligación de llevar al pasajero hasta su destino final. Esto resulta conveniente cuando existe demora en los vuelos y se pierden las conexiones.
Los clientes compran los tiques en los ‘counters’ de las aerolíneas, así como en las agencias de viajes o páginas web de las compañías. Se puede usar las millas acumuladas en tarjetas de crédito.
Marco Subía, presidente de la Asociación de Representantes de líneas Aéreas en el Ecuador (Arlae), explicó que este mecanismo es una forma de optimizar los recursos de dos compañías. La tendencia está en aumento en el país: “las autoridades han flexibilizado el tema y se está viendo la forma de abrirse mucho más”.
La aerolínea estatal Tame tiene previsto operar, desde este mes, vuelos a Panamá a través de un acuerdo con Copa Airlines, lo cual permitirá que los pasajeros de esta empresa nacional lleguen a México o a Estados Unidos.
Rafael Farías, gerente de Tame, precisó que la negociación está avanzada y que Copa tiene interés en firmar un acuerdo de código compartido. Esto permitirá a la estatal ofrecer un abanico más amplio de destinos y abaratar costos. “Al tener mayores opciones de viaje hay mejores precios”.
Las alianzas entre aerolíneas son clave para posicionarse en el mercado y ganar clientes. En esa competencia, las empresas más grandes llevan una ventaja sobre Tame, dice José Iturralde, experto aeronáutico. AeroGal, por ejemplo, forma parte de un grupo donde también está Avianca y Taca, que ya tienen su red de rutas.
Algo similar ocurre con LAN, que está en proceso de fusión con la gigante brasileña TAM.
Iturralde dijo que al país le falta una aerolínea de bandera nacional que compita para reducir los precios, sea a través de acuerdos con otras aerolíneas estatales o con Estados. Reconoció que los planes de Tame para incursionar en los mercados de Colombia y Perú bajarán los precios.