Los cambios dados a la reforma tributaria que el Ejecutivo, hasta la tarde de ayer, no remitía todavía a la Asamblea, todavía tiene la resistencia de los sectores privados.
Según el titular del Comité Empresarial Ecuatoriano, Roberto Aspiazu, pese a los cambios, es todavía una propuesta que busca más dinero para cubrir el excesivo gasto público, camuflado de una reforma verde.
“Estos impuestos no lo van a pagar los empresarios, lo van a terminar pagando los consumidores por la vía de precios”.
Para Fernando Hidrobo Estrada, presidente de la Asociación de Empresas Automotrices del Ecuador (Aeade), hay que reformular nuevamente la propuesta del Gobierno.
Y por ello, plantea que se modifique la actual tabla de tarifas del Impuesto a los Consumos Especiales (ICE) a los vehículos, de tal manera que premie con reducciones de este impuesto a los vehículos con tecnología menos contaminante y de menor consumo (Euro 3 y Euro 4). Esto promoverá la importación, producción y adquisición de este tipo de vehículos.
Los industriales aseguran que la carga sobre la importación de vehículos ya es muy alta. Así 8, los aranceles llegan a un 89% del valor de importación. Es aún elevado comparado con países como Colombia, donde es del 60% o Perú y Chile, del 25%.
Los empresarios de la industria del plástico también mostraron su preocupación por el impuesto de USD 0,02 por cada botella no reciclable.
La razón es que con el incremento de ese impuesto el precio del producto final subiría entre un 30 y 40%. Además que el negocio del reciclaje se vería seriamente afectado.
Por la tonelada de botellas para reciclar se paga alrededor de USD 300 por tonelada. Una vez procesado, triturado y embalado, se puede exportar hasta en USD 800 la tonelada. Al subir el impuesto, el valor de expor-tación subiría a USD 1 000 por tonelada, lo cual ya no sería competitivo con otros países.