La compañía Ecuatoriano Suiza no ha receptado reclamos de siniestros entre el 30 de septiembre y el 8 de octubre, tiempo que duró el estado de excepción en Guayaquil. Ni tampoco en Quito, donde está vigente. Sin embargo, cuenta su experiencia en hechos similares de convulsión social. Luis Salas, su gerente general, recuerda que en junio de 1959, en Guayaquil, los estudiantes se declararon en paro y salieron a protestar a las calles. Dichas manifestaciones se salieron de control y degeneraron en saqueos y vandalismo contra la propiedad. Turbas enardecidas atacaron la Jefatura de Seguridad Pública (pesquisa), ubicada en la av. 9 de Octubre entre García Moreno y av. del Ejército. “En la acera de enfrente, el local de uno de nuestros principales clientes, Sociedad Industrial y Comercial (SICO), representante autorizado de Mercedes Benz, fue saqueado y sus instalaciones destruidas. Procedimos a la correspondiente liquidación y posterior pago de daños convirtiéndose, tal vez, en el primer pago de pólizas de este tipo en el país”. En septiembre de 1992, Guayaquil volvió a sufrir disturbios, esa vez provocados por ex empleados municipales, denominados ‘pipones’, que habían sido separados de sus cargos por el entonces presidente León Febres Cordero. Los reclamos se tornaron violentos incluso hasta incendiar varios vehículos estacionados en la av. Malecón y Sucre. Salas aún recuerda cómo ardía el vehículo Mercedes Benz de la empresa Dinainca, que producía la avena Corazón de Oro. En este caso, Ecuatoriano Suiza, una vez documentado el siniestro, procedió a su respectivo pago“Ecuador por regla general es un país de paz, pero hay momentos en que esa paz se ve perturbada por la efervescencia social. Es por esto que se debe crear una cultura de seguros”, dijo.