La OPEP pugna sobre dos vías para levantar el precio del crudo

El mundo de los mercados internacionales espera atentamente la decisión de la reunión de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), en torno a si reducirá su producción de crudo o no.

Los ministros de petróleos de los 12 países miembros -entre los que se encuentra Ecuador- se congregan en Viena para intentar levantar el precio del crudo que ha venido descendiendo en el segundo semestre de este año y que ayer cayó a su nivel más bajo desde el 2010.

El barril de crudo tipo West Texas Intermediate (WTI), que sirve de referencia para el crudo ecuatoriano, cerró ayer en USD 73,69 en la Bolsa de Nueva York. Es decir, USD 0,40 menos que el martes pasado. Este es el precio más bajo desde septiembre del 2010.

En el caso del petróleo ecuatoriano los precios aún son menores debido al castigo o diferencial que le aplica el mercado por su menor calidad.

De acuerdo con datos del Sistema Nacional de Información, al 20 de noviembre pasado, el barril de crudo Oriente (de mayor producción en Ecuador) se cotizó en USD 69,58.

Pero la más reciente baja de precios en el mercado respondió a la falta de una posición única en el seno de la organización, en medio de un mercado con sobreoferta de petróleo.

El ministro de Petróleo de Arabia Saudita, Ali al Naimi, anunció ayer que los cuatro países del Consejo de Cooperación del Golfo (Kuwait, Arabia Saudita, Catar y los Emiratos Árabes Unidos) habían “alcanzado un consenso” sobre la cuota de producción.

Naimi se mostró confiado en que la OPEP pueda llegar a un consenso, para mantener intacta la producción.

Arabia Saudita es el mayor productor del grupo que puede recortar o incrementar fácilmente su extracción en el corto plazo, aunque no está dispuesto a “sacrificarse” solo a riesgo de seguir perdiendo mercado en Asia, a manos de otros productores como Rusia.

Las cuotas de la OPEP, sin embargo, solo se mantienen en el papel. Oficialmente los miembros deberían producir como máximo 30 millones de barriles diarios.

No obstante, de acuerdo con datos de la Agencia Internacional de Energía (AIE) sitúa su producción real en 30,6 millones de barriles. Mientras que la Administración de Información Energética de Estados Unidos (EIA), indica que para el segundo trimestre de este año, la OPEP ya llegó a 31,8 millones de barriles diarios.

En este escenario, otra ala de los miembros del cartel, encabezados por Venezuela, han abogado por un recorte de la producción de los 12 miembros para frenar la caída vertiginosa de los precios del crudo.

“Los precios no son buenos, todos estamos preocupados”, indicó el martes pasado a su llegada a Viena el canciller venezolano, Rafael Ramírez, quien es representante ante la OPEP.

Además de sostener la tesis de reducir las cuotas, Venezuela ha apelado también a los grandes productores que no son miembros del cartel, como Rusia y México, para apoyar los precios del barril.

Pero pese a importantes factores de inestabilidad en Iraq, Libia y Ucrania, los precios han sido afectados por otros hechos, entre ellos un inesperado exceso de crudo en el mercado. Ese llamado venezolano, sin embargo, parece también haber caído en oídos sordos.

Ese exceso de crudo en el mercado, que se debe sobre todo al aumento récord de la producción de petróleo de esquisto en Estados Unidos, se produce en un contexto de recesión en Europa y de desaceleración de las grandes devoradoras de petróleo, como China e India, lo que lastra los precios del oro negro.

El presidente de la consultora Amazonas Petroleum, Boris Abad, explica que cualquier anuncio de parte de la OPEP solo traerá un efecto momentáneo en el mercado.

En caso de que el grupo anuncie el recorte de la producción subirá el precio y caso contrario este bajará, indica Abad.
Pero sostiene que eso solo durará unos días o semanas, porque aún hay gran oferta de crudo que mantiene los precios a la baja. Solo un fuerte conflicto en Medio Oriente podría revertir la situación, indicó.

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