‘Ojalá pudiéramos regalarles un Coca-Codo’
Habló con serenidad y con un sutil humor, utilizando proverbios orientales y ejemplos que hasta un niño pudiera entender. No se incomodó en ningún momento ante las preguntas del puñado de asambleístas, catedráticos y periodistas sobre las causas del fracaso de la negociación entre China y Ecuador para construir la Central Hidroeléctrica Coca-Codo Sinclair.
A todo respondió con calma. “Si mi amigo Alfredo me pide USD 10, meto la mano al bolsillo y, si tengo, se los regalo. Pero si me pide USD 1 000, será más difícil regalarle. Primero, porque no creo que tenga tanta plata en el bolsillo y, segundo, porque mi esposa seguramente no me lo permitirá o me pedirá que me asegure de que mi amigo me pague todo”.
Esa fue la analogía que utilizó el embajador chino Cai Runguo, para decir en términos sencillos el por qué del fracaso de las negociaciones. “Caminamos 99 de los 100 pasos, solo nos faltó uno. Y era que queríamos una garantía real, similar a las que pedimos a todos nuestros países amigos. En China, el Consejo de Estado funciona como la esposa, que pide a su esposo -el Eximbank- que se asegure que su amigo -Ecuador- pague lo que debe”.
El diplomático continuó su exposición la noche del viernes, en la Embajada china, en Quito, frente a unos 30 invitados a una cena preparada específicamente para dar a conocer sobre la posición del Gobierno oriental frente a las tratativas del Coca-Codo.
“Nuestra capacidad de prestar dinero a los países amigos, sin garantías, es bastante limitada. Solo queremos recuperar lo que prestamos. No se puede aceptar el activo como garantía, porque no podríamos llevarnos la central Coca-Codo a China y prenderla allá. Ojalá, en 20 años estemos mejor financieramente, para poder regalar un Coca-Codo a Ecuador”.
Runguo invitó al Gobierno a seguir el diálogo, pero puso cinco condiciones para hacerlo: “entusiasmo, voluntad, respeto, paciencia y comprensión mutua. Sabemos que Ecuador tiene mucha urgencia, pero hay un proverbio que dice mientras más prisa se tiene, más es la demora”.
Al final, aseguró que si no se concreta la operación, la amistad de más de 30 años no se afectará y que las inversiones chinas hacia el país continuarán fluyendo.
En medio del aplauso, invitó a servirse el bufé: pollo en licor de Maotaí, corvina conservada en Orujo, lonja de pescado con sabor de té... Y no podía faltar el brindis. Runguo alzó su copa: “Por el éxito del Coca-Codo, ¡Salud!”.