Los transportistas de carga podrán acceder al bono de chatarrización, hasta por USD 28 530. Así se establece en una nueva tabla de valores, fijada el martes pasado por el Gobierno.
Mediante Decreto Ejecutivo nro. 835, el Régimen desagregó en tres el segmento de transporte pesado en función del tipo de vehículo y los rangos de antigüedad. Ello forma parte de la reforma al Decreto nro. 676, donde el tope del subsidio era USD 12 755.
Fueron redistribuidos los buses de pasajeros y transportes de carga de 3,6 a 10 toneladas (t); camiones de carga de 10 a 26 t; y camiones, tractocamiones con un peso mayor de 26 t.
Estos últimos son considerados como servicio público, porque realizan transporte comercial y por lo tanto el Estado les otorga los permisos de operaciones.
El 80% de ese parque automotor, a nivel nacional, ya cumplió su ciclo de operabilidad, según datos de la Asociación Ecuatoriana Automotriz (AEA).
La reforma referida forma parte del Programa de Reducción de la Contaminación Ambiental, Racionalización del Subsidio de Combustibles del Transporte Público y su Chatarrización.
Para acceder a este beneficio, que permite pagar con el bono parte de una deuda para otro carro similar nuevo, hay que pasar por tres procesos.
Primero, obtener el informe técnico favorable de chatarrización en la Agencia Nacional de Tránsito (ANT); segundo, aplicar a un crédito en la Corporación Financiera Nacional (CFN); tercero, firmar el contrato de prenda industrial y el de tablas de pagos.
Pero cada proceso exige documentación variada.
Para el informe técnico, la ANT requiere de copias de cédulas de identidad, certificados de votación, licencia de conducir y matrícula a color.
Además, documentos de conformación de la cooperativa de transporte al que esté afiliado; así como el certificado de registro ante el Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES).
Si en lugar de cooperativa es una compañía de transporte, el solicitante debe presentar el certificado de cumplimiento de obligaciones de la Superintendencia de Compañías del Ecuador, así como una declaración juramentada de que el solicitante no pertenece a la Fuerza Pública o entidades de Tránsito. Y un documento donde se comprometa a chatarrizar el vehículo.
El informe técnico favorable es el pase para acceder a dineros de la CFN, pero no necesariamente significa que saldrá aprobado en esta segunda fase.
El solicitante debe ser sujeto de crédito, es decir, no estar con calificación negativa en la central de riesgos. Y mostrar que sí podrá responder con las cuotas.
Manuel Murtinho, gerente de AEA, calificó como positivo la revisión de requisitos para el plan de renovación vehicular. Pero “siempre que no se incluyan los anunciados impuestos ‘verdes’ a los vehículos que reemplazarán a los vetustos”, agregó.
Desde el 2008 que inició este plan casi ningún transportista pesado accedió a él , debido a que los valores de incentivos no cubrían sus expectativas. Así lo explicó Hanníbal Álvarez, titular de la Federación Nacional de Transporte Pesado (Fetransepep), en la provincia del Guayas.
Antes, el bono de chatarrización para un tractocamión de más de 26 toneladas era gestionado en el mismo rango que un bus de 3,6 toneladas, por ejemplo.
Álvarez dijo que a escala nacional existen cerca de 100 000 unidades de carga, de las cuales, 20 000 de Guayas, El Oro y Los Ríos cumplen los requisitos para renovar sus unidades.
El programa no busca solo beneficios para el propietario del vehículo, sino para el medioambiente. Los automotores que son retirados de circulación, quedan a cargo de las empresas chatarrizadoras Andec y Adelca, donde son completamente destruidos.
Darle de baja a un camión de carga de más de 4 toneladas de entre 10 y 30 años por otro nuevo significa 10 km de ahorro por galón de combustible.
Al momento se han cambiado más de 13 000 unidades a nivel nacional y se han chatarrizado 8500 vehículos.