La Unión Europea (UE) vive uno de los momentos económicos más críticos desde su fundación, el 18 de abril de 1951. A las dificultades para rescatar de sus deudas a la economía griega, se sumó ayer un informe de las calificadoras de riesgo mundiales que bajaron sus notas a España, lo que hace presumir un posible contagio.
La disminución de la calificación se debió, según Standard & Poor’s al elevado endeudamiento del sector privado español (equivalente al 178% del Producto Interno Bruto), la rigidez del mercado laboral y el previsto incremento del desempleo a un 21%.
Esa noticia desató el nerviosismo de los mercados financieros y causó, por segundo día consecutivo, la caída de las bolsas europeas. Sin embargo, no sucedió lo mismo en el resto de bolsas del mundo y en la relación euro-dólar, donde hubo recuperaciones, debido a la decisión de Reserva Federal de EE.UU. de congelar las tasas de interés estables.
Así, tras la caída del pasado martes, el euro se recuperó frente al dólar, que cerró en una cotización de 1,32, luego de conocerse la decisión de la Reserva Federal.
La crisis en la UE es seguida con atención por todo el mundo, ya que aún no están cicatrizadas las heridas del ‘crack’ financiero del año pasado. Por eso, según el analista y catedrático Christian Silva, la crisis griega pasa por un tema de credibilidad de los mercados.
“Los inversionistas son muy sensibles y buscarán colocar sus capitales donde estén más seguros. Si ven que los mercados emergentes no son seguros, no colocarán su dinero ahí. Y, en ese sentido, el Ecuador puede verse afectado”.
En eso coincide Ricardo French-Davis, economista y profesor de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile quien, en una entrevista para la BBC, adviertió que si la crisis griega se extiende a otros países en problemas -como Portugal, Irlanda y España-, “la aversión al riesgo se acrecentaría y podrían apartarse de los mercados emergentes para refugiarse en activos más seguros, como los ‘commodities”.
Pero Patricio Almeida, ex presidente del Colegio de Economistas, ve otro problema adicional. La devaluación del euro encarece los productos en el mercado europeo, es decir, se reciben más euros pero devaluados. “Un kilo de banano, por ejemplo, lo compran en 2 euros y eso equivale a USD 3. Si el euro se devalúa, los exportadores reciben USD 2,50. En otras palabras, recibimos menos dólares cuando ellos pagan la misma cantidad de euros, porque el dólar se fortalece. Eso significa que perdemos competitividad”.
Además, añade que hay un efecto adicional en el que los europeos, por el mismo impacto de la crisis, demandan menos productos, tienden a ahorrar más, son más conservadores en sus consumos y esto afecta a bienes que pueden dejarse de comprar sin que los afecte, como las flores.
A la ministra Coordinadora de la Producción, Nathalie Cely, también le preocupa la devaluación del euro frente al dólar. “Nuestras exportaciones pierden competitividad y eso no es nada bueno para nuestra balanza”.
Otros analistas son más cautos en los efectos de la crisis en Europa. Para el académico Omar Maluk, la crisis de Grecia afecta a la UE, pero no tendrá un impacto significativo en Ecuador. “Por el lado comercial, Grecia no ha sido un socio estratégico de Ecuador, por lo que el impacto no es algo que preocupe. La UE debió salvar a su socio de forma inmediata, pero no lo hizo. Ahora bien, esta coyuntura puede ser provechosa para los mercados de valores de la región latinoamericana, porque los inversionistas pueden voltear a ver los papeles de la región y esto hará que sus precios suban”.
Para la ministra Coordinadora de la Política Económica, Katiuska King, la crisis en europa está muy lejana para afectar al país. “No veo un impacto en nuestra economía. Esos problemas son fruto de la crisis del neoliberalismo. Nosotros ya hemos trabajado en una estructura económica diferente, precisamente, para no vernos afectados”.
Algunos puntos de vista sobre la crisis en el Viejo Continente
Dominique Strauss-Kahn /Dir. FMI
Si todo este plan de ayuda marcha rápido, realmente confío en que el problema se solucionará. Pero si no lo arreglamos en Grecia, podría tener consecuencias sobre el resto de la Unión Europea (UE). En estos momentos está en juego la confianza en el conjunto de la Zona Euro.
Lamentablemente, las agencias de calificación reflejan lo que recolectan como información en el mercado. No hay que creer mucho en lo que dicen. No veo una recesión en forma de W, esto es que el mundo vaya a sufrir una recaída en su recuperación, pero tenemos que aclarar que la crisis todavía está presente, no está completamente terminada, hay que esperar el final de las discusiones entre el FMI, la Comisión europea y el Gobierno griego.
George Papandreou/ Premier
No pedimos rescate, solo solicitamos términos razonables sobre nuestros créditos, para que podamos continuar con un trabajo más creativo, más innovador. Sí, nosotros los griegos tenemos nuestros problemas especiales. Y estamos enfrentándolos.
Que esto sea un aviso para la emergencia que estamos enfrentando, que necesita gobernabilidad financiera global y lo necesitamos rápido. Las tasas de interés sobre los créditos a Grecia hoy están más allá de la lógica y esto refleja, por una parte, una pérdida total de sobriedad en los mercados y, por otro lado, el poder de la presión especulativa ejercida sobre nuestro país. Los mercados dicen que se necesitaba una regulación antes de que el ‘incendio’ se propague.
Alfredo Coutiño/ Analista Moody’s
Los inversionistas salen de Europa y van hacia zonas con menor riesgo y mayor rentabilidad. Entre ellas, América Latina. Por ello, en las última semanas, las principales divisas de la región (Brasil, Perú, Chile y México) se han apreciado. Habrá un contagio psicológico, que va a afectar a los mercados financieros, el área bursátil y las divisas, pero no va a afectar la economía real.
Va a haber nerviosismo. El pánico se va a transmitir entre los inversores, aunque el impacto va a ser temporal y no va a impactar el crecimiento económico. Afortunadamente los países de América Latina no se encuentran en una situación fiscal debilitada. El déficit fiscal de la región en el 2009 fue de 2,8%, o sea el 20% del déficit en varios países europeos.