Luego de un año y siete meses de cubrir las necesidades de un Estado moroso, todavía refuta a quienes le preguntan por qué no cobra las deudas por el 40% de las pensiones y la atención médica de los jubilados. Se trata de Ramiro González, quien preside el Consejo Directivo del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS). Estas deudas, que según la misma entidad suman USD 1 198 millones, empezaron tres meses después de que este economista asumiera el cargo, en julio del 2008.Desde entonces, el único esfuerzo claro por cobrar se evidencia en los pedidos del director general del IESS, Fernando Guijarro, al Ministerio de Finanzas. Pero sin ningún resultado tras 15 meses, tiempo en el cual el Seguro asumió el 100% del pago. Sin embargo, en tono molesto y fastidiado, el delegado del Presidente justificó estos incumplimientos ante la prensa, el jueves pasado en la Asamblea.Según él, “históricamente” el Estado ha mantenido deudas con la Seguridad Social. “Históricamente ha sido así, durante 10 años el Seguro pagaba el 100%, no es que sea de ahora, es un proceso de finanzas públicas crónico del país”. Efectivamente, durante 22 años el Estado no honró sus deudas, desde el 1 de enero de 1985 al 31 de diciembre del 2007. Pero frente a este antecedente, los jubilados se preguntan ¿por qué el IESS quiere volver a cometer los errores del pasado?Edison Lima, presidente del Frente Dignidad y Derechos Humanos de los Jubilados, es enfático al decir que un error así no cabe. Con la Constitución en su mano explica que esto violaría el segundo inciso del art. 371, que manda a hacer “las transferencias oportunas” del 40% para pago de pensiones, como también para los aportes de salud y de los niños menores de 6 años.Por cada dólar que el Estado no paga, el Seguro tiene que tomar del patrimonio del Seguro de Invalidez, Vejez y Muerte y cancelar a 260 000 jubilados y pensionistas. Y así mismo, de los Seguros de Riesgos del Trabajo y Campesino. Esto causa, a su vez, que ese 40% se deje de invertir y ganar rendimientos para las alzas de las actuales y futuras jubilaciones. Para la clase jubilada, González no entiende que si al IESS le tocó asumir USD 773 millones para cubrir las pensiones de tres meses del 2008 y 12 del 2009, significa que la entidad no invirtió USD 51,5 millones mensuales. Y la afectación ya es evidente si se hecha un vistazo a las cifras del seguro de pensiones. A enero pasado, el patrimonio de este seguro sumó USD 2 916,7 millones, a febrero cayó a 2 858,7 millones mientras que a marzo no pasó de 2 855,4 millones. Esto, para los expertos financieros, es una muestra de que este Seguro empezó a descapitalizarse, por más que esté alimentado de los aportes de los afiliados. El argumento de González -al igual que de la ministra de Finanzas, María Elsa Viteri- es que el IESS tiene suficiente liquidez. Pero bajo esa lógica no funcionan los regímenes de pensiones, como lo anotó el dirigente de la Asociación Batalla de Tarqui, Gabriel Riera, el sistema tiene que sostenerse de aquí a 30 años y para esto se requiere invertir. Pero justamente cuando se toca el tema de inversiones es cuando González asume el discurso oficial del Gobierno. Cuando este Diario le consultó ¿Por qué sigue invirtiendo en el sector público cuando este no honra sus deudas?, respondió con preguntas: “¿Dígame en dónde invierto? ¿Cuál es la alternativa de inversión en Ecuador? ¿Quiere que tenga guardada la plata en el Banco Central sin ganar ningún centavo y que esté financiando el desarrollo de Miami?”. Así justificó que el IESS haya comprometido 1 095 millones para comprar bonos del Estado. Y otros USD 610 millones en proyectos energéticos del Régimen. Todos estos compromisos hacen que el 61,1% del portafolio de inversiones se concentre en el sector público, su principal cliente moroso. Y aún le queda margen para llegar al 75% que le permitió la Junta Bancaria. Pero con el detalle de que para este año y, de acuerdo a su plan aprobado, solo le quedarán USD 27 millones en las arcas del Banco Central. El resto ya está comprometido. Para el Gobierno, obtener este grado de colocación en un año se llama ‘eficiencia’, aunque para los afiliados y jubilados representa más interrogantes sobre el futuro de sus aportaciones.