Las diferencias internas en el Gobierno terminaron esta semana por paralizar las conversaciones con la Unión Europea, una decisión anunciada por las autoridades de ese bloque hasta que Ecuador defina si le interesa un acuerdo comercial.
El canciller Ricardo Patiño cree que el problema nace de declaraciones confusas del vicecanciller Kintto Lucas y del viceministro Francisco Rivadeneira, quienes solo reflejan que no existe una política clara de comercio exterior.
La confusión principal está en la cabeza del Gobierno, cuando el propio Presidente de la República y el Canciller dicen que no se firmará ningún acuerdo de libre comercio (TLC) con la Unión Europea, cuando las negociaciones apuntan en esa dirección.
Que no sea un TLC típico, o que se llame Acuerdo de Comercio para el Desarrollo es una cuestión semántica, pero en las negociaciones con la UE se habla de un “Free Trade Agreement”, que tampoco es una traición a la patria como lo han querido vender los radicales del Gobierno.
Más allá del tema semántico, la suspensión de los diálogos con la UE puede ser una oportunidad para definir, luego de cinco años, la política de comercio exterior del país.
En la búsqueda de esa definición, el súbito interés por formar parte del Mercosur tendrá que ser aclarado, pues ese bloque negocia un acuerdo diferente con la UE. Si Ecuador entra a formar parte del Mercosur, ¿qué sentido tiene la negociación actual? Esa pregunta se hacen los negociadores nacionales en la UE, pero el Gobierno no ayuda a despejar esa duda.