Las bolsas tuvieron ayer una sesión con altibajos en Europa, aunque la tendencia negativa predominó por el efecto “arrastre” de la apertura en la Bolsa de Nueva York, que finalmente cerró con alzas leves. Tras la caída del viernes pasado, los mercados europeos intentaron un rebote la mañana de ayer, pese al nuevo mínimo que marcó el euro frente al dólar en los últimos cuatro años. Las bolsas de París, Madrid y Amsterdam cayeron entre 0,30 y 0,47%, mientras que Estocolmo y Milán se recuperaron 0,68 y 0,23%, respectivamente. En Wall Street, el índice Dow Jones terminó con un alza de 0,06%. Los mercados todavía mantienen dudas sobre el paquete de casi un billón de dólares aprobado la semana pasada para salvar la estabilidad de la moneda única europea, el euro, y evitar la insolvencia de países como Grecia, España, Irlanda y Portugal. Y en Wall Street todavía pesan los datos sobre la recuperación económica, ya que el índice de actividad del estado de Nueva York resultó peor a las expectativas. “Los mercados seguirán en una fase de turbulencia y volatilidad mientras no haya soluciones creíbles a la crisis de largo plazo”, según analistas bursátiles. El ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schauble, lanzó en la reunión de ayer con colegas del resto de Europa (Eurogrupo) la idea de incluir en la Constitución de los países de la “eurozona” un “freno al déficit”, como lo ha hecho Alemania, con un límite máximo que no se pueda superar. Actualmente, el Pacto de Estabilidad de la UE prevé un déficit fiscal no mayor al 3% del PIB, que ha sido superado ampliamente por Grecia, Portugal y España. La desconfianza de los inversores los llevó a desprenderse de la moneda única europea, el euro, que llegó a USD 1,2235, el menor nivel en cuatro años, aunque luego se recuperó hasta 1,236. El presidente del Eurogrupo, Jean Claude Juncker, dijo estar preocupado por la rapidez con que se deteriora el euro. Y los analistas agregaron que en los próximos días los inversores seguirán desprendiéndose de euros, por los temores de que los planes de ajuste en distintos países de Europa lleven a una nueva recesión. “No hay muchos motivos para creer que la caída libre del euro haya llegado a su fin”, dijeron desde el Commerzbank.