En la Escuela de Motos, en Quito, se inscriben mensualmente 100 personas. Para sus directivos esta es una cifra positiva pues revela que el mercado está creciendo.
“Registramos un aumento del 40% con relación al año pasado. Por el momento tenemos la escuela en Quito, pero quisiéramos ampliarnos a otras ciudades”, señaló Ricardo Rocco, director ejecutivo de la institución.
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Una de las razones por las que se ha incrementado la demanda por estos cursos de manejo es porque también ha crecido la venta de estos vehículos. Según la Asociación de Empresas Automotrices del Ecuador (Aeade), en el primer cuatrimestre de este año se vendieron 33 500 motos, mientras que en el mismo período del 2010 fueron 31500.
“El mercado va a crecer este año. Estimamos que se comercializarán 135 000 unidades, frente a las 126 000 del 2010”, explicó Clemente Ponce, director ejecutivo del gremio automotor.
El repunte del sector comenzó en el 2000, a la par que se fijó la dolarización como sistema económico en el país. Comandato, fue “pionero” en este negocio al comercializar motos Suzuki.
“Mientras a inicios de la pasada década en el país se colocaban 2 000 unidades al año, hoy son alrededor de 100 000”, señaló Martín Cucalón de Ycaza, vicepresidente de Comandato. Una razón para el crecimiento de la demanda de motos es la posibilidad de ahorrar combustible.
Una moto de 100 centímetros cúbicos consume un galón por cada 150 kilómetros. A esto se suman otros dos beneficios: es una herramienta de trabajo y una alternativa a los problemas de movilidad en ciudades grandes como Guayaquil y Quito.
“Estaba harto de quedarme en mi auto atrapado en los trancones de la capital. Por eso me compré una moto en la que puedo esquivar a los carros. Como los precios son baratos no hay problema”, señaló Mario Jiménez, profesional dedicado a la contabilidad.
En el mercado se encuentran motos cuyos costos oscilan entre USD 1 000 y 40 000. En UnnoMotors, que según Market Watch es la tercera marca que más motos vende (las primeras son Suzuki y Shineray), se puede encontrar, por ejemplo, motos de 1200.
Según Fabián Zabala, gerente comercial de UnnoMotors, las unidades que más demanda tienen son la FX 200 y la Sukida SKR 200S. “Nuestro mercado es fuerte en la Sierra, pero en la Costa estamos ganando espacio”, explicó.
Precisamente, la Costa es la región donde más motos se venden, siendo Guayaquil la ciudad de mayor demanda, seguida de Quito, Santo Domingo, Milagro, Babahoyo, Quevedo, entre otras.
La mayoría son ciudades del interior del Litoral donde la motocicleta ha reemplazado al caballo como medio de transporte y también es usada como herramienta de carga ligera.
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“Los cuadrones y los terix (una especie de jeep de cuatro ruedas que puede usarse para carga o transporte) son los modelos que más compran los clientes del sector rural. Las personas los usan para viajes a la playa o para trabajo. Los precios de estos productos son elevados y oscilan entre los USD 3 000 y 27 000”, explicó Andrés Soasti, jefe comercial de Kawasaki en Ecuador.
Las facilidades de financiamiento que ofrece el sistema bancario y las mismas comercializadoras, a partir de la dolarización, han permitido acceder a estos vehículos pagando cuotas a dos años plazo. Actualmente, instituciones como el Banco de Guayaquil, aunque no tiene financiamiento especial para compras de motos, ofrece alternativas.
Se trata de los multicréditos, dirigidos únicamente para las personas que tienen cuentas corrientes o de ahorros en esta entidad. Los montos que se entregan comprenden entre los USD 1 000 y 15 000, a 36 meses plazo. El Banco Pichincha ofrece créditos de consumo a plazos similares.
Las instituciones públicas como el Banco del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (Biess) entregan préstamos quirografarios, con montos de hasta USD 21 120, dependiendo el valor acumulado por el afiliado en los fondos de reserva y cesantía.
“Tengo ahorrados USD 1 000. Con otros 1 000 que consiga mediante un préstamo podría comprar una moto japonesa de segunda mano”, dijo Jorge Soria, un guardia de seguridad de 29 años.
Las motos usadas, de baja y media gama, se comercializan entre USD 1 000 y 5 000. Uno de los sitios donde se venden estas unidades es Motozone, donde se calcula que las ventas se incrementarán en un 10% frente al 2010.
“Las motos que vendemos son para personas de escasos recursos que quieren marcas reconocidas. “Una Suzuki DR200 del 2005 se vende en USD 3 000, mientras que la del año se encuentra en el mercado en USD 6 300”, señaló Rodrigo Santos, propietario de Motozone.
En el segmento alto del mercado están marcas como Ducati, Kusvana, BMW, Kawasaki o Harley Davison, cuyas motos cuestan sobre los USD 15 800, para personas de altos ingresos.
En lo que va del año, por ejemplo, Ducati registra ventas por un total de USD 200 000.
El registro de motos aún es bajo
Gonzalo Rueda, gerente de la consultora Market Watch, afirma que en el país existirían 800 000 motos. Sin embargo, apenas 500 000 estarían registradas.
Este fenómeno es producto de la informalidad que ha existido en este sector. Para Rueda la evasión estaría en un 25%, mientras que para el jefe técnico de la Secretaría de Movilidad del Distrito, Bladimir Ibarra, llega al 50%.
Las autoridades de tránsito reconocen el problema pero aseguran que iniciaron procesos para incrementar el registro.
“El problema es grave porque no había la costumbre de matricular las motocicletas. Eso lo estamos viendo ahora porque históricamente se matriculan unas 120 000 motos cada año, pero puede que haya cuatro o cinco veces más esta cifra”, señaló Ricardo Antón, director de la Agencia Nacional de Tránsito”.
Aunque la informalidad se ve en todo el país, el fenómeno es más intenso en las zonas rurales, principalmente de la Costa. Ello a decir del vicepresidente ejecutivo de Comandato, Martín Cucalón de Ycaza, puede causar sorpresas en la Policía al momento de revisar una moto que fue detenida en un acto ilícito y no contar con su registro.
Por esta razón, dijo, las empresas concesionarias afiliadas a la Aeade firmaron hace dos meses un acuerdo para que entreguen las motos al cliente ya matriculadas y con placas. Pero, en este punto surge el problema de la demora en la entrega de las placas. Comandato se queja de que en el último mes no ha podido entregar una moto por falta de placas, problema que las autoridades de tránsito ofrecieron resolver en una semana.
Antón señala que las demoras se producen por problemas de sistema o falta de datos dentro de las computadoras de la Agencia Nacional de Tránsito. “La información que nos entregó la Policía tiene incoherencias con la de nuestro sistema. Hay nombre escritos de forma diferente y eso tenemos que depurarlo”.
17 fábricas producen en Ecuador
El año pasado, 87700 motos ingresaron en piezas (CKD) para ser ensambladas en el país. Para este año se espera que el número crezca según Clemente Ponce, director ejecutivo de Aeade.
“Esto se produce porque las motos en CKD tienen ventajas arancelarias frente a las unidades completas importadas. Mientras estas últimas pagan aranceles del 30%, las primeras cancelan solo el 5%, lo que implica una amplia diferencia”.
Las piezas, que principalmente provienen de China, son ensambladas por 17 fábricas registradas en el Ministerio de Industrias. Aunque existirían otras firmas que trabajan de manera informal y no están inscritas.
Entre las primeras está Unmotor que fabrica 200 motos diarias, lo que equivale a ocho cada minuto. “Nuestra meta es ensamblar y comercializar cerca de 20 000 unidades este año”, explicó Fabián Zavala, gerente Comercial. Otras empresas como Ducare venden 660 al mes, también ensambladas en el país, según Francisco Páez, gerente de la empresa.
El mercado de las motos ensambladas se ha mantenido estable, dice Páez, quien explica que hay empresas que inician sus actividades, pero cierran al poco tiempo de actividad.
En el caso de Quito, según la Dirección de Tránsito de la Policía, existe una moto por cada 25 habitantes y una moto por cada 20 automóviles.
La vida útil de una motocicleta, según el Distrito Metropolitano de Quito, es de cuatro años. Sin embargo, en las calles ruedan unidades que superan por mucho ese límite, ya que el mantenimiento y el cambio de repuestos es sencillo en este tipo de vehículos.