Los treintañeros solicitan más créditos hipotecarios

La feria de vivienda, organizada por el Biess en marzo de este año, atrajo a jóvenes. La cita se hizo en Quito. Foto: Vicente Costales / EL COMERCIO

La feria de vivienda, organizada por el Biess en marzo de este año, atrajo a jóvenes. La cita se hizo en Quito. Foto: Vicente Costales / EL COMERCIO

La feria de vivienda, organizada por el Biess en marzo de este año, atrajo a jóvenes. La cita se hizo en Quito. Foto: Vicente Costales / EL COMERCIO

Las personas de entre 31 y 35 años son las que más solicitan créditos hipotecarios. Así lo evidencian los datos del Banco de los afiliados (Biess), que tiene el 50% del mercado de préstamos de vivienda.

USD 243 millones desembolsó la entidad en el 2017 para este grupo etario, lo que corresponde al 27% del total financiado por el Biess para estos préstamos.

Andrea Salazar, de 33 años, y su pareja, de 35 años, solicitaron un crédito al Biess para comprar una casa en el noroccidente de Quito, valorada en USD 90 000. “Queríamos casa propia para empezar nuestro hogar”, comenta.

El banco les otorgó USD 79 000 y ellos dieron una entrada de 7 000 por la casa. El monto financiado deberán pagarlo en un plazo de 25 años.

“El proceso fue bastante ágil. Lo único que demoró fue el desembolso. Todo duró unos tres meses”, dice la beneficiada, para quien el Biess es la entidad que otorga estos créditos con mayores facilidades.

Para Jaime Rumbea, vocero de la Asociación de Inmobiliarios de Viviendas del Ecuador (Apive), esta realidad responde a que se trata de una población madura, con cierta estabilidad económica y niveles de ingresos que le permiten acceder a un crédito.

Patricio Álvarez, gerente de Álvarez Bravo Constructores, añade que esta demanda corresponde a una tendencia histórica, al ser un rango de edad en el que la estabilidad laboral y los ingresos permiten a las personas ser calificadas para un crédito hipotecario.

El segundo grupo que recibe mayor financiamiento por parte del banco son las personas entre 36 y 40 años (21%). De USD 914,9 millones que desembolsó la entidad el año pasado, 189,7 millones se entregaron a clientes que están en esos rangos de edades.

El tercer grupo más beneficiado en créditos inmobiliarios son los clientes entre los 26 y 30 años de edad.

Para el vocero de Apive, este segmento de población tenderá a incrementarse porque está aumentando la cantidad de personas en edad de trabajar y en un futuro estas buscarán una vivienda.

Desde hace un año, Fernando Zamora, de 30 años, cancela las cuotas mensuales de un crédito hipotecario del Biess por USD 90 000.

El dinero lo invirtió en la compra de una suite de 60 metros en el sector del Batán Alto, en el norte de Quito, que le costó USD 110 000.

La diferencia de USD 20 000 la costeó con sus ahorros. Pero admite que lo más difícil para los jóvenes es reunir la cuota de entrada para una vivienda.

Fernando adquirió el inmueble como una inversión a largo plazo. Actualmente vive en el nuevo departamento, pero su plan es rentarlo y con eso asegurarse una jubilación “decente”, porque le preocupa la situación de la seguridad social en el país.

El plazo otorgado es de 20 años, pero su meta es pagarlo en 10. La entidad le permite hacer desembolsos de capital a partir del primer año.

A Giovanna Tapia, de 30 años, el Biess le aprobó un crédito hipotecario por USD 45 000 hace una semana para la adquisición de una casa en Guayaquil, valorada en USD 48 200. “Me motivó tener algo propio, en donde vivir con mi hijo. Actualmente, vivo con mis padres”.

La afiliada cancelará el préstamo en un plazo de 10 años, con cuotas de USD 600. En principio, lo solicitó en la banca privada, pero le otorgaban un monto menor. La casa se la entregarán a final de mes.

Gonzalo Rueda, gerente de la consultora de mercado Market Watch, señala que más del 90% de personas que compra una vivienda lo hace para residir y la financia a través de un crédito hipotecario.

“Lo recomendable es que el valor de la cuota mensual no sea mayor al 30% del ingreso familiar, porque hay otras obligaciones”, indica el experto.

Recalca que financieramente lo óptimo es que el préstamo se cancele en un plazo de 7 a 10 años, para que se paguen menos intereses, a pesar de que el Biess otorgue plazos de hasta 25 años. Recomienda también procurar dar entradas altas, para que las cuotas no sean tan altas y los costos financieros para el cliente se reduzcan.

El Biess disminuyó el monto financiado durante el 2017 en USD 180 millones, en comparación al 2016.

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