La empresa Pronaca no aplicaría a la reducción de la jornada; tiene otras estrategias para mejorar sus ventas. Foto: Alberto Araujo / EL COMERCIO
Los cambios introducidos por la Asamblea hasta ahora a la reforma laboral, que ya pasó el primer debate, no genera entusiasmo entre empresarios y gremios, que tienen dudas en torno a su beneficio real.
Este Diario consultó a 10 gerentes de empresas y representantes de gremios de los sectores industrial, comercial y de la construcción y todos indicaron que, tal como está hoy el proyecto, difícilmente beneficiará al sector productivo.
El Ejecutivo remitió el pasado 23 de febrero el proyecto de Ley de promoción del trabajo juvenil, protección del empleo y seguro del desempleo.
Uno de los ejes de la reforma es que empresas que estén en crisis puedan, previo acuerdo con los trabajadores, reducir las horas de trabajo.
El proyecto original planteaba como principal requisito para acogerse al beneficio que los ingresos de la empresa hayan disminuido. Pero durante el debate en la Asamblea estos se ampliaron.
Xavier Sisa, director jurídico de la Cámara de la Industria y Producción (CIP), explicó que tal como se ha modificado el proyecto de ley la reducción de la jornada laboral será inviable. El gremio está de acuerdo en que los requisitos planteados en el proyecto inicial debían ajustarse y quedar técnicamente definidos.
Sin embargo, al gremio le preocupan cuatro requisitos introducidos por los asambleístas. El primero es el tema de justificar pérdidas del ejercicio económico anterior.
Sisa dice que, con ello, las empresas que este año estén registrando pérdidas no podrían acogerse a la reducción de horas. “Hay empresas que no perdieron el año pasado, pero este año pueden tener dificultades por la disminución de los ingresos. Debiera tomarse en cuenta las pérdidas del período actual”.
José Villarreal, gerente de la firma de software Practicis, cree que las empresas más que pérdidas tienen un problema de liquidez. “El año pasado tuve actividad; luego, el primer trimestre ya no tuve ventas”.
Otra condición es que la compañía demuestre que ha hecho esfuerzos para reducir gastos, pero no establece en qué monto. “Es un requisito subjetivo que quedará a discreción de funcionarios de trabajo”. El tercer tema que preocupa es que los asambleístas plantean como requisito para reducir la jornada que se bajen los gastos en salarios de los altos ejecutivos. Sisa teme que esto les obligue a las empresas a despedir a sus funcionarios para cumplir la norma.
Finalmente, preocupa el requisito de que la firma se abstenga de efectuar inversiones que no sean las estrictamente necesaria. Con ello, se somete el plan de inversiones al Ministerio de Trabajo para que este decida si es o no una inversión necesaria, lo que podría generar problemas operativos en la empresa, dicen empresarios.
“Tal como está la norma, quedará muy probablemente sin aplicación”, dijo Sisa.
En esto coincide el presidente de la Cámara de Comercio de Quito, Patricio Alarcón, quien insiste que el proyecto de reforma laboral ha introducido demasiados trámites burocráticos para que se compruebe que una empresa está en problemas y pueda aplicar a los beneficios.
Bajo su criterio, el único requisito para que una empresa aplique a la reducción de horas debería ser el acuerdo entre el empleador y el trabajador que esté certificado por el Ministerio del ramo, y no más.
“Son demasiados trámites para un beneficio de apenas seis meses. Ninguna empresa que no esté en problemas va a querer producir menos. Ningún trabajador va a aceptar de gratis que se reduzca su jornada a menos que la empresa esté en serias dificultades”.
Víctor Garzozi, gerente de la panificadora Pastelo, indica que no ve ningún beneficio en una reducción de la jornada laboral. Señala que la mayoría de empresas quiere producir más. Para tener un efecto real en los costos, se debería ampliar la jornada o bajar el nivel de salarios por un tiempo.
Un quinto tema que preocupa es el requisito de que la empresa reporte baja de ingresos en más del 30% respecto del trimestre anterior. La gerenta de Hortaleg, Ana García, dijo que no se conoce cómo se llegó a esta cifra.
El gerente de productos congelados de Pronaca, Jorge Ramos, señaló que no se acogerían a la reforma porque no están pensando en recortar personal ni reducir su jornada. Esto pese a que sí han bajado sus ventas en el últimos trimestre del año pasado.
Indica que se han enfocado en sacar productos más económicos para capear ese problema.
La Comisión de los Trabajadores espera aprobar hoy el informe para segundo debate.
Articulado
Artículo 4. Establece que en casos excepcionales previo acuerdo entre el empleador y trabajador, la jornada puede bajar a 30 horas semanales cuando se cumplan ocho condiciones.
Art. 4.1. El empleador deberá demostrar el haber optimizado sus gastos a nivel de la administración como bajar los salarios de ejecutivos.
Art. 4.2. El empleador deberá ser autorizado por la autoridad de trabajo luego de demostrar pérdidas en el ejercicio económico anterior y que sus ingresos bajaron 30% el trimestre anterior.
Art. 4.3. La reducción de la jornada podrá darse solo por seis meses, prorrogables una vez.