Uno de los problemas que ha dejado de preocupar a las autoridades económicas, empresas y trabajadores en este año ha sido la inflación.
La meta del Gobierno para este año es del 3% y no existen nubarrones que hagan prever que cambie ese escenario.
El Instituto Ecuatoriano de Estadística y Censos (INEC) publicó ayer la inflación de junio pasado: -0,01%. Este valor, prácticamente nulo, muestra que los precios, en promedio, se han mantenido estables.
La tendencia histórica de este indicador en el mes de junio, excepto en el 2007 y 2008, ha sido de una inflación nula o negativa.
Con el dato del mes pasado, la inflación de los últimos 12 meses se ubicó en 3,3%.
Se trata de un nivel que permite mantener el poder adquisitivo de los salarios, lo cual también incentiva la contratación de créditos a largo plazo en un entorno económico estable.
Hace dos años, por ejemplo, cuando la inflación cerró en 8,8%, los trabajadores exigían un aumento salarial que permitiera cubrir el costo de la canasta básica, que repuntó en el 2008.
Sin embargo, la crisis internacional, que auguraba un 2009 complicado, obligó al Gobierno a hacer un ajuste que mantuviera el poder adquisitivo del salario. Aunque los trabajadores pedían un 30% de aumento, el Régimen decretó un alza de 10%.
Con una inflación relativamente baja y con una política de fijación y reducción de tasas de interés, el Gobierno quiere incentivar el consumo y la inversión productiva.
Los resultados del año pasado y del primer trimestre del 2010 muestran que la inflación se ha mantenido estable en el país, que el consumo se restringió durante la crisis del 2009, que a inicios de este año ha empezado a recuperarse y que la inversión productiva sigue insuficiente.