El sector licorero registra una suerte de estancamiento. Sus ventas anuales oscilan entre USD 35 y 40 millones al año, monto similar al calculado en el 2006.
Los empresarios del sector, tanto productores como importadores, señalan dos razones: las salvaguardias aplicadas por el Gobierno en el 2009 y el contrabando que afecta a cerca de 20 empresas formales.
Según Juan Nasser, presidente de la Asociación de Ecuatoriana de Importadores de Licores, el 70% del valor de una botella corresponde a impuestos. Rafael Corral, ex presidente de la Asociación de Industriales Licoreros del Ecuador, añade que el 15% de los licores que se consumen en el país es de contrabando.
En cuanto a la producción nacional, Jorge Villegas, actual titular de la Asociación de Industriales Licoreros, indica que en Ecuador se producen, cada año, cerca tres millones de cajas de nueve litros.
No obstante, la industria se apoya en la tecnología y en las certificaciones de calidad para competir contra el contrabando y ganar mercados. De esta manera, firmas como Embotelladora Azuaya (Licor Cristal), o Desarrollo Agropecuario (Ron San Miguel) llegan con sus productos a mercados extranjeros como Estados Unidos y Chile.