El Departamento de Economía, Empresa y Desarrollo Sostenible de la Universidad de Cuenca calculó que en el 2024 llegaron más de 6 552 millones de dólares por concepto de remesas al Ecuador. De esa cantidad, el 72,9% arribó desde Estados Unidos.
Eso significa que los migrantes legalizados o indocumentados enviaron 4 776,4 millones de dólares a sus familiares en Ecuador, en 2024. Esa cantidad representa el 4% del PIB del Ecuador.
Solo como referencia, las remesas que llegaron desde Estados Unidos superan en 218,4 millones a las exportaciones ecuatorianas a ese mismo país, entre enero y noviembre de 2024.
Rodrigo Mendieta es director de ese departamento. Hicieron un análisis sobre el impacto de las deportaciones en las remesas.
Según él, la magnitud de la afectación se determinará en función de la cantidad de ecuatorianos que regresen. “Hay compatriotas que no están laborando porque las empresas no quieren contratar o mantener en su nómina a indocumentados”.
Mendieta considera que los ecuatorianos pensarán dos veces al intentar migrar a Estados Unidos, por lo menos, en el corto plazo. “Hay mucho riesgo en la frontera y el costo de migrar de forma ilegal supera los 15 000 dólares… Algunos ecuatorianos aplazarán estos viajes”.
Según Mendieta, la economía ecuatoriana y, en especial, los familiares de los migrantes sienten o sentirán este impacto. Y habrá economías locales donde el efecto será mayor.
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La dependencia ecuatoriana de las remesas
Ángel Muñiz, profesor de Teoría Económica de la Universidad Europea, destaca que Ecuador y el resto de Latinoamérica tienen una gran dependencia de las remesas que llegan, en especial, desde Estados Unidos.
Con la política migratoria y las deportaciones ordenadas por Donald Trump, los migrantes tienen dos escenarios principales, dice Muñiz.
El primero es enviar a Ecuador todo el dinero que tengan ahorrado en EE.UU. La razón es el temor que esos dólares se queden allá. Si eso se ocurre, sería un incremento de envíos solo en el corto plazo, dice Muñiz.
El segundo escenario es una reducción de los envíos ya sea temporal o constante porque los migrantes serán deportados o porque los indocumentados dejan de trabajar.
En este último caso, ya no tendrán los recursos para enviar a Ecuador o mandarán menos porque deben tener un ahorro para mantenerse mientras permanezcan sin ingresos.
Las empresas en Estados Unidos no quieren verse involucradas en la contratación de mano de obra indocumentada por las deportaciones, señala el experto económico.
Eso le ocurre a Jorge, quien dejó de laborar en construcción desde hace dos semanas. Su jefe le indicó que quiere evitar cualquier tipo de multa o sanción por contratar indocumentados.
Desde entonces, casi no ha salido de su departamento en Queens. “Si esto sigue igual, pienso regresar al Ecuador antes de acabarme todos mis ahorros. Acá, si uno no trabaja, nadie le ayuda”, se lamenta el cuencano, de 55 años.
Diego es otro cuencano. Migró en el 2003. Él indica que los migrantes tienen otra preocupación y es la propuesta del gobernador de La Florida, Ron DeSantis, quien propuso que solo los ciudadanos estadounidenses y residentes legales con visas puedan enviar remesas fuera de EE.UU. En ese caso, los inmigrantes indocumentados quedarían excluidos de este sistema.
“Si eso se concreta y otros estados copian la idea, para qué venir a trabajar acá”, dice Diego.
El impacto en la economía local ecuatoriana
El Departamento de Economía, Empresa y Desarrollo Sostenible determinaron que las provincias más afectadas serán Cañar, Azuay y Morona Santiago. En estos casos, el peso de las remesas supera el 17% del total de su producción (ver gráfico).
Incluso, el impacto será mayor en cantones cuyo principal ingresos económico son las remesas (ver gráfico).
Para Mendieta, es un tema complejo porque estas provincias y cantones que no generan grandes cantidades de empleo para quienes viven ahí y peor para quienes regresen. Es más, la falta de trabajo e ingresos fueron la causa para migrar.
“Una caída de las remesas generará un importante impacto en estas economías. Hay que generar alternativas de trabajo y no se podrá resolver en el corto plazo”.
El Gobierno de Ecuador ofreció entregar 470 dólares mensuales durante tres meses a los migrantes deportados. Además, programas de capacitación, estudios y becas “para abrirles nuevas oportunidades”.
Los migrantes que tienen créditos en Ecuador
Juan Pablo Guerra, director de la Unión de Cooperativas de Ahorro y Crédito del Sur (Ucacsur), indica que no existe un reporte previo de los migrantes que están endeudados en el sistema financiero formal.
Pero, las cooperativas si han realizado un análisis. “Desde el 2024 se ha tratado de investigar quiénes pidieron préstamos y salieron del país. Hay instituciones que han determinado para qué sirvió ese dinero y si pagan puntuales o no”.
Incluso, determinaron que hubo migrantes que solicitaron los créditos sabiendo que no iban a regresar al Ecuador.
Guerra dice que los migrantes destinaron los créditos para la compra de viviendas, apertura de algún negocio familiar o para consumo. En este último caso, en realidad fue pagar los viajes para migrar.
El representante cooperativo indica que, si un migrante es deportado y está endeudado en Ecuador, hay que analizar algunos aspectos. Entre los principales si tienen la capacidad para solicitar una novación de crédito, diferir o renegociación aumentando el plazo para reducir las cuotas mensuales.
“No hay una generalidad porque cada caso es distinto. Los oficiales de créditos y negocios deben indagar para encontrar una solución que esté de acuerdo con la normativa ecuatoriana”.
Según él, hay que considerar que, para cualquier renegociación, el migrante debe mostrar la voluntad de pago porque muchos que están en morosidad. “Algunos nunca tuvieron la intención de pagar”.
Los bancos, cooperativas de ahorro y crédito y mutualistas deberían estar preparadas para entender esta dinámica. “Es preferible una reestructuración, que dar por perdido un crédito”.