La divisa húngara, el florín, se hundía hoy ante el euro en el marco de fuertes tensiones entre el gobierno de Viktor Orban y la Unión Europea (UE) a raíz de la adopción de una polémica ley que regula el banco central húngaro.
El florín, que llegó a caer a 318 unidades por euro, contra 315,82 el martes, cerró en 320,27. El récord precedente se remonta a marzo de 2009 a 317,59 florines por euro.
En Londres, el nivel de los CDS (Credit default swap, que mide el riesgo de bancarrota de un Estado) llegó este miércoles a los 710 puntos, contra los 650 puntos la víspera, superior a los 630 puntos que alcanzó en marzo de 2009, en el fragor de la crisis.
“La debilidad de la monea húngara se debe a los rumores -desmentidos formalmente por el ejecutivo- que afirmaban que el gobierno de Viktor Orban quería utilizar las reservas en divisas del banco central” (MNB), según analistas del banco CIB (grupo Sanpaolo Intesa).
Estas reservas representan cerca de 35 000 millones de euros, según los últimos datos del MNB.
El mercado teme también que las negociaciones con la Unión Europea se rompan definitivamente. Bruselas ha amenazado con no responder a las tratativas sobre una ayuda financiera crucial para el país, sin garantías sobre la independencia del banco central.
El país prácticamente no puede financiarse en los mercados de deuda debido a las altas tasas que le exigen. Los intereses que paga por los bonos a 10 años, llegaron al 10,50% y 10,70% en los mercados interbancarios, ligeramente inferior al 11 a 12% en marzo de 2009.
Budapest recurrió al Fondo Monetario Internacional (FMI) y la UE para solicitar un crédito (estimado entre 15.000 y 20.000 millones de euros) , pero las bravuconadas del populista de derecha Orban, en particular sus ataques a la independencia del MNB, provocaron la inturrupción de las negociaciones en diciembre.
En marzo de 2009, Hungría consiguió una línea de crédito de 20 000 millones de euros del FMI y la UE. La moneda cayó entonces por la crisis política en el país y las dificultades presupuestarias de Grecia, sacudiendo los cimientos de Europa.
La situación es diferente en la actualidad ya que el florín se ha visto debilitado en los últimos meses por el constante fracaso de la política económica del gobierno que ha impuesto medidas como impuestos excepcionales o nacionalización de los fondos de jubilación privados.
Las agencias de calificación rebajaron la nota del país a nivel de inversión especulativa mientras los intereses de la deuda se han disparado.
La debilidad del florín amenaza a muchos hogares húngaros endeudados en divisas extranjeras. A ello se suma una subida de de dos puntos del IVA (impuesto al valor añadido) al 27%, el más alto de la UE.