Hidroeléctricas con retrasos de dos años

Infografía con los nuevo plazos de los principales proyectos de genración eléctrica en Ecuador. Fuente: Conelec / Ministerio de Electricidad / Matriz Energética 2008 / EL COMERCIO

Infografía con los nuevo plazos de los principales proyectos de genración eléctrica en Ecuador. Fuente: Conelec / Ministerio de Electricidad / Matriz Energética 2008 / EL COMERCIO

Los 10 principales proyectos de generación eléctrica tienen un retraso cercano a los 2 años (23 meses) respecto a la planificación con que fueron proyectados a inicios del gobierno de Rafael Correa.

Así lo confirman el Plan Maestro de Electrificación 2007-2020 elaborado por el Consejo Nacional de Electricidad (Conelec) en diciembre del 2007.

También consta en el documento de Políticas para el cambio de Matriz Energética del Ecuador, elaborado por el entonces ministro de Electricidad, Alexey Mosquera, en mayo del 2008.

Estos 10 proyectos representarán en el 2016 un aporte anual de energía de 17 200 gigavatios hora (GW-h), que equivale al 123% de la demanda de energía que Ecuador registró el año pasado.

Sin embargo, el 95% de esa nueva energía -en su mayoría de bajo costo- debía comenzar a operar entre este año y el 2014.

¿Qué retrasó todo el proceso? Cuatro factores aparecen a la vista: la falta de estudios definitivos, la falta de financiamiento, la expulsión de la firma brasileña Odebrecht y, finalmente, el cambio de administración de los proyectos de los gobiernos seccionales al Gobierno central.

Cuatro proyectos emblemáticos se destacan en este sentido: Sopladora, Toachi-Pilatón, Baba, y el Coca -Codo Sinclair.

El primero estaba previsto que ingrese en el 2011, pero la falta de financiamiento y de estudios postergaron su entrada.

El ministro de Electricidad, Esteban Albornoz, explicó que las fechas previstas en el 2007 por el Conelec, para Sopladora y otros proyectos, eran expectativas poco reales, ya que los proyectos no tenían financiamiento y estudios.

Según Albornoz, en el 2008, Sopladora solo tenía estudios de factibilidad y requería de estudios definitivos. Estos últimos se contrataron ese año, aunque las obras arrancaron recién en abril del 2011 por falta de financiamiento, de la mano de la constructora china Gezhouba Group.

Otro proyecto retrasado por la misma causa fue el Coca-Codo Sinclair. Según Albornoz y sus antecesores: Alexey Mosquera y Alberto Acosta, el proyecto hidroeléctrico tenía estudios, pero la entrega de un crédito de China para la central demoró más de un año y ello retrasó la obra.

Para los proyectos Toachi-Pilatón y Multipropósito Baba, el problema fue la salida de Odebrecht. La constructora brasileña fue expulsada del país por el presidente Rafael Correa en septiembre del 2008, y con ello las obras se paralizaron. Luego salieron nuevamente a concurso sin éxito y finalmente fueron entregadas de forma directa, amparados en una declaratoria de emergencia.

Otros proyectos estatales como Mazar-Dudas, Quijos, Minas San Francisco, Termoesmeraldas II, Ocaña, Chorillos, o Victoria, de menor potencia, pasaron a ser administradas, en algunos casos, por el Estado. Antes eran empresas de gobiernos seccionales.

Otros no consiguieron financiamiento o tuvieron problemas en la contratación. El resultado fue retrasar su ejecución.

Para el ex ministro de Energía, Alberto Acosta, la falta de cumplimiento de los plazos de los proyectos fue un problema de gestión del mismo Gobierno en el sector eléctrico, lo cual además se vio reflejado en los apagones que vivió el país en el 2009 y el 2010.

Destacó también que la contratación sin licitación de varias de las centrales no propició que las obras se agilitaran.

El ex ministro de Electricidad, Mosquera, indicó que entre las dificultades para conseguir financiamiento estuvo la disolución del Fondo de Inversión en los Sectores Energéticos (Feiseh). Ello debido a que este servía de garantía para los préstamos y al eliminarse, la negociación se tornaba “cuesta arriba”.

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La entrada de Sopladora pasó  del 2011 al 2014

En el Plan  Maestro de Electrificación 2007 - 2020, el Conelec estimaba que el proyecto Sopladora comenzaría  a operar desde octubre de este año.

No obstante, el ministro de Electricidad, Esteban Albornoz, señaló  que era imposible que se cumplan esos plazos. La razón:  no existían  estudios definitivos cuando pasó a ser administrado por Hidropaute en el 2007, cuando él ingresó como gerente.
Según Albornoz, pocos meses después, en el 2008, se contrataron los estudios definitivos con el consorcio chileno Leme.

En el 2009 se entregaron los estudios  definitivos y se lanzó el proceso de licitación, en el cual  participaron 12 empresas de China, Brasil, Italia y Estados Unidos.

Sin embargo, al estar condicionada la presentación de ofertas a la entrega del 75% del financiamiento solo ofertaron Gezhouba Group, de China, y Fopeca de Ecuador, en consorcio. A mediados del 2010 se les adjudicó la obra, pero no arrancó sino hasta este año cuando se concretó el crédito de USD 571 millones para la central.

El proyecto hidroeléctrico registra al momento un avance cercano al 15% , según Albornoz.


El Coca-Codo Sinclair tiene un avance  del 9,8%

La búsqueda de financiamiento y la fallida asociación con Enarsa de Argentina ocasionaron   el retraso en el inicio de obras de la central Coca-Codo Sinclair.

Pese a estar pensada como la mayor central hidroeléctrica del país (1 500 MW de potencia), en los planes del Conelec y del Ministerio de Electricidad, su ingreso se estimaba para el 2014.

Aunque en febrero del 2008, la firma estatal argentina Enarsa se comprometió a invertir cerca de USD 600 millones. Bajo esa asociación se llamó a una licitación internacional para la construcción, en la cual  solo dos empresas chinas se presentaron porque las ofertas debían incluir el 70% del financiamiento, de un proyecto de USD 2 000 millones. La obra fue adjudicada a Sinohydro de China.

En septiembre del 2009, Enarsa dejó la sociedad, pero  aún no se habían cerrado las negociaciones del crédito con China.

El Gobierno habló de romper con Sinohydro pero en junio del 2010 se firmó el préstamo de USD 1 682 millones con el Eximbank del país asiático y el proyecto continuó con la construcción  de vías y nuevos estudios.  La central tiene un avance al momento del 9,8%.


Toachi-Pilatón, con dos estatales extranjeras

Cuando Odebrecht entró a construir la central Toachi-Pilatón en el 2007, la entrada en operación estaba prevista para principios del 2013. Pero la expulsión del país de la empresa brasileña implicó,  además de la detención de la obra, su desfinanciamiento. El dinero asignado al proyecto regresó a la caja fiscal ante la falta de construcción.

El levantamiento de vías, campamentos y un túnel en la vía Quito - Santo Domingo fueron los pocos avances que se dieron hasta el 2010, a la espera de un nuevo constructor y un financista.

Antes, en el 2009, se lanzó una licitación que  ganó la italiana Impregilo,  oferta que, sin embargo, fue  desechada porque  no cumplía con  los requisitos  de experiencia.

En ese mismo año comenzó la negociación con Rusia, con el objetivo de financiar la  instalación de  equipos electromecánicos para  la central. Este no se concretó hasta abril del 2011.

Las obras civiles para esta obra fueron adjudicadas  directamente a la empresa china CWE. El   financiamiento, por USD 240 millones,  provino del  Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS). El proyecto  tiene un avance  del 8%.


Proyecto Baba registra un retraso de 32 meses

Desde el 2006, la compañía Odebrecht construía el proyecto multipropósito Baba. Este, además de contar con  una potencia de 32 MW, tiene como  objetivo aumentar la capacidad de almacenamiento de  agua  en el embalse de la  Hidroeléctrica Daule-Peripa,  a fin de que pueda generar a su máxima capacidad durante los meses de estiaje en el Austro.

Ello se logrará a través del trasvase del río Baba a la represa Daule-Peripa, que debía estar terminado en el 2009.
Sin embargo, la expulsión de Odebrecht desató una serie de problemas. No solo porque la salida de la constructora  retrasaba la obra, sino  
porque además el proyecto cambió de administración, de la Cedege a Hidrolitoral, la cual, al ser una sociedad anónima,  tuvo problemas con los desembolsos. El proyecto también tuvo inconvenientes  con el financiamiento y se retrasó tres años.

En el 2010 se contrató a OAS de Brasil para terminar la obra, pero la falta de recursos fiscales para la entrega del anticipo  retrasó el proyecto nuevamente en alrededor de  cuatro meses.

Actualmente el proyecto tiene un avance mayor al 80% y se prevé que ingrese en junio del 2012.

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