Las licencias para la importación de 51 partidas arancelarias, que empezarían a regir el próximo 16 de septiembre, reemplazarán al registro de importación que se definió a finales del año pasado. La ministra de la Producción, Nathalie Cely, cuenta que de presentarse una crisis internacional de gran magnitud se aplicarán salvaguardias generales, como ocurrió en el 2009.
¿Por qué era necesario poner licencias a la importación de celulares, autos, CKD, llantas?
Es importante poner la medida en contexto. Sabemos que es muy importante tener más producción para aumentar las exportaciones y para sustituir las importaciones, con el fin de corregir el problema estructural de la balanza comercial. A nadie se le ha ocurrido que las licencias a la importación sean para resolver ese problema. Sin embargo, para mantener las importaciones en un nivel sostenible, hicimos un acuerdo con el sector automotor, de consumo, etc., a inicios de este año.
¿Y qué pasó?
En general, los sectores han cumplido con el acuerdo, que implicó hacer un registro de importación. Ahí, los empresarios presentaban su plan de compras que nos permitía monitorear las importaciones. Pero el registro de importación no funcionó. Hubo empresas que no cumplieron sus compromisos, aunque el sector al que pertenecían sí lo hizo.
¿Qué problemas causó?
Hay un problema de ‘free rider’, donde empresas se beneficiaban del trabajo que hacía el resto. Y las reglas deben ser para todos. El espíritu de las licencias no es restringir el comercio, ni dar dolores de cabeza a los importadores. Lamento si eso sucedió. En lo conceptual defiendo la medida, nos da instrumentos para monitorear las importaciones, pero en su aplicación han existido vacíos.
¿Que vacíos encontró?
La carencia de un régimen transitorio hasta que empiece la aplicación de la medida, la obligación de nacionalizar la mercadería para empezar a tramitar una nueva licencia y demasiados requisitos. No es posible que pidamos una copia notarizada de la cédula de identidad, que es un documento público. El trámite debe ser mínimo y en lo posible automático.
¿Qué pasará con los importadores que tienen mercadería en puertos internacionales y no tienen la licencia?
Para eso es el régimen transitorio. Durante un tiempo (posiblemente hasta el 16 de septiembre) los importadores podrán trabajar bajo la normativa anterior. Y cuando termine ese plazo empezarán a funcionar las licencias.
¿Qué pasa con los importadores que firmaron contratos con proveedores en el exterior, pero su mercadería llegará en los próximos meses?
Los empresarios ya sabían las reglas del juego para las importaciones en este año. Si hay importadores que tienen contratos desbordados respecto a lo que compraron en el 2010, significa que nunca tuvieron el deseo de cumplir el acuerdo con el Gobierno.
¿Ese diálogo fue con todos los importadores o con un grupo de representantes?
No podíamos hablar con todos, pero ahí hay una gran responsabilidad de las cámaras y de los gremios. Si alguien contrató tres veces más para este año tendrá un problema y deberá ajustarse.
¿Ese será el parámetro para la aplicación de las licencias?
Sí. Hubo un compromiso aceptado en este Ministerio de manera verbal, con palabra de caballeros. Muchos han cumplido.
¿El acuerdo fue en dólares o en volumen?
En volumen.
¿Y cómo se distribuían los importadores el volumen acordado con el Gobierno?
Ese es su problema, con base en la tendencia de lo que han venido importando en los últimos cinco años. Aquí hay un tema de corresponsabilidad. No hemos tomado medidas de salvaguardias, ni arancelarias, tampoco hemos acudido a la OMC para aumentar los techos arancelarios. Hemos cumplido nuestra parte; el sector privado debe cumplir la suya.
¿No es contradictorio que por un lado se intente controlar las importaciones y por otro lado se presione a las importaciones a través del mayor gasto público?
El gasto corriente del sector público no se ha incrementado por encima de lo proyectado. Lo que hemos tenido es un crecimiento económico mayor al previsto. Hay un mayor dinamismo de la demanda agregada pero que no es debido al gasto público.
¿Entonces por qué es?
Por el mayor consumo de los hogares, las mayores exportaciones, las mayores inversiones públicas y privadas, la mayor actividad económica.
Esa mayor demanda presiona a las importaciones…
En algunos sectores estamos al tope de la capacidad instalada de las empresas. Y tomará tiempo para que la oferta iguale a la demanda. Esos desbalances entre oferta y demanda se ajustan vía precios, ya que no podemos ajustar el tipo de cambio. Y para evitar el ajuste de precios queremos que la meta de importaciones se mantenga en niveles esperados.
¿Las licencias podrían tener un impacto en los precios para los consumidores?
No, porque no estamos aplicando una medida restrictiva. Si los importadores cumplen sus proyecciones de compras no habrá ningún problema. Ahora, si las economías de EE.UU. y de Europa se contraen en el tercer trimestre, se entenderá que estamos al borde de una segunda recesión mundial. Y obviamente tendremos que tomar otras medidas. Ese no es el caso en estos momentos.
La ministra Katiuska King habló de medidas de ‘administración de los flujos de comercio’ en el escenario de una crisis. ¿Cómo empata eso con las licencias?
De presentarse una gran contracción económica, este Ministerio ha propuesto aplicar una salvaguardia general de balanza de pagos como en el 2009. Eso lo permite la OMC, es transparente y afecta a todos por igual.
¿Las licencias para importación serían una medida complementaria?
Las licencias son para sustituir el registro de importación, que no se ha cumplido.
¿Y también podría servir para frenar las compras?
Podría servir, pero su uso no es para restringir el comercio, sino para asegurar que los acuerdos público-privados se cumplan y que el crecimiento de las importaciones sea sostenible.
¿Se piensa ampliar el número de productos que necesitarán licencia?
No por el momento.
¿Cómo se manejarán las licencias en el escenario de una crisis internacional?
Hasta ahora no tenemos ninguna restricción adicional a las importaciones, más allá de los acuerdos que se realizaron con los importadores.
¿A las empresas que no han cumplido el acuerdo les ajustarán con las licencias?
Por supuesto. Esa puede ser una medida en el caso de presentarse una segunda gran recesión o una gran contracción. Ahí habrá que tomar otras medidas.
¿Y a los empresarios que en lo que va del año han disparado sus compras se les frenará con las licencias?
Lo que vamos a asegurarnos es que exista un trato igualitario para todo el mundo. Las reglas tienen que ser claras y transparentes y, si se exige que tengamos metas sostenibles de crecimiento de importaciones, todos debemos apoyar. Ojo que no estoy hablando de reducción de importaciones, sino de un crecimiento razonable de importaciones. No queremos una avalancha de importaciones por encima de una tasa sostenible.
¿Cuáles fueron los criterios para seleccionar los productos que requieren licencias?
Se consideraron los productos que tuvieron una tasa de crecimiento superior al promedio, en volumen de compras.
HOJA DE VIDA
Nathalie Cely
Su experiencia. Economista, tiene una maestría en Harvard, consultora del BID y actual Ministra de la Producción.
Su punto de vista. Las licencias para la importación permitirán monitorear que las compras del país sean sostenibles.