El gusto de María Gabriela Ortiz por comer cangrejos, antes de que se inicie la veda, le costó USD 5 más de lo habitual. Ayer pagó USD 30 por una plancha de 48 unidades del crustáceo, cuando hace un mes la conseguía en USD 25.
“Aprovecharé el feriado para reunir a mi familia y disfrutar de una cangrejada, ya que no tenemos planes de viajar”, dijo para justificar su compra en el mercado Caraguay, en el sur.
La prohibición de capturar, comercializar y consumir cangrejos rige mañana en el país.
Esta es la segunda y última restricción del año del cangrejo rojo (Ucides occidentalis). Durará un mes y servirá para que la especie complete su período de muda. En este tiempo el crustáceo segrega una sustancia perjudicial para la salud humana.
Ricardo Banchón también compró cangrejos antes de la veda. Pagó USD 150 por una ruma (5 planchas de 48 unidades cada una) que venderá en Durán, vecino cantón de Guayaquil.
Con la venta de todo ese producto espera obtener una utilidad de USD 25.
El mercado Caraguay es el mayor sitio de expendio del crustáceo. Cientos de compradores, comercializadores y estibadores se agolpaban ayer en el pequeño muelle del lugar. Esa escena no se repetirá hasta el próximo 15 de septiembre.
Quienes se dedican a capturar esta especie acatarán la veda, aunque inicialmente hubo resistencia a cumplirla.
Según Gabriela Cruz, presidenta de la Federación Nacional de Cooperativas Pesqueras del Ecuador, los cangrejeros están a la espera de una canasta básica de víveres valorada en USD 190 que ofreció el Gobierno. El objetivo es que puedan alimentarse mientras no tienen trabajo.
Pero Jorge Espinoza, de la Asociación de Cangrejeros Puerto Roma (Isla Puná), explicó que aún no tienen respuesta del Ministerio de Agricultura, Ganadería, Acuacultura y Pesca. “Sabemos que debemos cumplir la veda, pero si ya nos ofrecieron eso, que nos digan si lo van a cumplir o no”, expresó.