En un anuncio inesperado en la cadena de ayer, el presidente Rafael Correa anunció la prohibición de importar calefones.
El argumento es que hay un uso desmedido del gas -que actualmente es subsidiado- con el que funcionan estos aparatos y que sirven para calentar el agua.
El anuncio tomó por sorpresa a los importadores de calefones, quienes desde ya rechazaron la medida. “Nosotros vivimos de este negocio. Aquí doy trabajo a siete empleados. Si esto pasa, tendré que decirles a los muchachos que se vayan”, afirma Néstor Negrete, propietario de la importadora de calefones In.Te.Ca.
Este pequeño importador, que además comercializa los repuestos de estos aparatos y realiza su mantenimiento, asegura que vende alrededor de 50 calefones al mes. “La gran mayoría es para los hogares. Son aparatos de 6 litros que no demandan mucho gas. Los calefones grandes para calentar piscinas se venden muy poco”.
Luis Quishpe, propietario de Hidroagua, también ve un panorama difícil si es que el anuncio se concreta. “Sería durísimo. Vendemos unos 20 calefones cada mes y vivimos de este negocio. Los calefones consumen la misma cantidad de gas que una cocina en un hogar. No entiendo la decisión del Presidente”.
Según cálculos estimados del sector, la importación de calefones ha aumentado alrededor del 50% anual, desde el 2007, cuando se compró alrededor de USD 4 millones. Hoy, esa cifra bordea los USD 20 millones, debido a la alta demanda de estos equipos.
La preocupación también nace entre los consumidores. Paulina Vaca, quien hace poco adquirió un nuevo calefón para su casa, se pregunta qué pasará si se le daña el aparato. “Sin repuestos para arreglar, me quedaré con el calefón. Nosotros usamos el agua caliente para bañarnos, principalmente. Esto es increíble”.
Según Negrete, el problema es mayor en las zonas donde el servicio de electricidad no es óptimo aún. “Nuestros clientes piden los calefones porque con la electricidad nunca se sabe”.
Este anuncio será delimitado por los ministros del área en los próximos días.