El sushi, el tiradito peruano (tiras de pescado crudo con una salsa de ají), bife en romero, helado frito y costillas cocinadas al vacío por 24 horas, entre otras especialidades, son la nueva oferta gastronómica en la capital azuaya, en especial desde finales del 2011.
La razón: por ser patrimonio cultural, Cuenca es un destino visitado y habitado por extranjeros, quienes demandan una gran diversidad gastronómica, según Emilio Crespo, asesor de caterings y restaurantes.
A esta urbe arriban estadounidenses, alemanes, peruanos, colombianos… y es una oportunidad para incentivar la cultura culinaria y las inversiones en el sector. En el centro, Puente Roto y avenida Remigio Crespo se abrieron locales que ofertan platos exóticos.
Un ejemplo es el restaurante Misó Resto Living, que abrió en mayo pasado. Tiene tres pisos, con amplios ventanales y muebles de estilo minimalista.
Uno de los socios, Santiago Abad, indica que la inversión para equipar la cocina bordeó los USD 25 000. Mientras que la adecuación de la casona costó “mucho más, pero desconoce el total de esa inversión”.
Este restaurante oferta un menú fusión entre comida andina y oriental. En la carta se destaca lo típico de Perú, Japón y una combinación de ambos. El precio de los platos promedia los USD 9.
El restaurante Misky, que inició operaciones en junio, está especializado en cocción a fuego lento y también refleja esa apertura hacia nuevas tendencias gourmet. Su especialidad son las carnes, costillas y mariscos cocinados, según el producto, hasta por 24 horas y empacados al vacío para que conserve sus jugos.
Cuando el cliente ordena un plato solo se le calienta, pero por el proceso de cocinado al vacío conserva el sabor natural de la carne, sostiene el chef ejecutivo de Misky, Israel Mogrovejo.
Para abrir el restaurante de tres plantas en el Centro Histórico, Mogrovejo destinó USD 18 000. Monto que usó para comprar el horno circulatorio en el que cocina los alimentos empacados al vacío. La decoración es sencilla, pero moderna. Mesas y sillas de madera y corte recto. Un tablero anuncia que los postres del día son torta de chocolate Ferrero y una variedad de tiramisú (postre de queso y café) con fresas.
Crespo indica que no hay una estadística de cuántos restaurantes se abren al año, pero desde finales del 2011 hay por lo menos cinco lugares nuevos donde se encuentra comida peruana, japonesa, argentina, tailandesa…
Las inversiones van desde USD 15 000 hasta 200 000, según el local. Los platos bordean los USD 10, “porque el cuencano es más ahorrativo que el quiteño o el guayaquileño”, dice Crespo.
Parrillas Argentinas también abrió este año un local en el sur de Cuenca. Su gerente, Camilo Méndez, invirtió USD 30 000 para decorar el lugar con sillas y mesas rústicas de madera. También compró parrillas y mesas de acero inoxidable para manipular los alimentos. Allí ofrece cortes de carne como T-bone, picaña o bife. También parrilladas de mariscos, ensaladas y postres.
Más sobre los locales
La tendencia es que el restaurante tenga dos zonas. Una para servir la comida y otra de diversión para servir cocteles o implementar karaoke.
Los postres que ofertan tienen combinaciones cremosas, cítricas, de chocolate y frutas.
El menú se compone de carnes, costillas y mariscos, que son platos con gran acogida.