Cerveza y gaseosas son los productos de mayor rotación en la tienda Víveres David, ubicada en el sur de Quito. Diego Pallero / EL COMERCIO
El proyecto de reforma tributaria, que propone incrementar los impuestos a productos como cerveza, gaseosas y bebidas energizantes, genera inquietud entre tenderos que temen que el incremento de los precios impacte de forma negativa en sus negocios.
La Comisión de Régimen Económico arranca hoy el tratamiento de esta iniciativa, denominada Ley Orgánica para el Equilibrio de las Finanzas Públicas.
El análisis en el organismo legislativo empieza con la comparecencia de nueve autoridades de Gobierno y representantes de los sectores involucrados en el proyecto.
Entre ellos, el director del Servicio de Rentas Internas, Leonardo Orlando; y la ministra de Finanzas (e), Madeleine Abarca. Además, el Comité Empresarial Ecuatoriano (CCE) anunció que expondrá hoy su posición frente a la iniciativa.
El proyecto tributario plantea, entre otros, más impuestos a la cerveza. El consumo de este producto ha ganado espacio en los hogares ecuatorianos los últimos tres años, según el estudio ‘Consumer Insight 2015’, de la empresa Kantar Worldpanel.
Cinco de cada 10 diez hogares ecuatorianos compraron cerveza para su consumo en el hogar en el 2015, de acuerdo con la firma. En el 2014, solo dos de cada 10 lo hacía. Esta encuesta evidencia, además, que los hogares buscan gastar menos fuera del hogar, lo que ha potenciado el consumo de alimentos para cocinar y de cerveza.
En términos de gasto, el ecuatoriano destina USD 104 al consumo de cerveza por año; 36, en gaseosa; y 3,6 en bebidas energizantes, según datos, al 2014, de la firma Euromonitor. El negocio de la cerveza, gaseosas y bebidas energizantes movió USD 2 220 millones el 2014, según datos de esta consultora.
El Gobierno señaló que, con la reforma, aumentará USD 0,13 el costo de la botella de cerveza de 600 cm3.
En 10 tiendas y minimercados de Quito y de Guayaquil, consultados por este Diario, las ventas de gaseosas y cervezas representan entre el 50 y 80% de la facturación.
Entre la mayoría de dependientes y propietarios de estos locales hay preocupación, por el impacto que el proyecto tendría en sus ventas si llegara a aprobarse.
“Cuando suben los precios, las ventas bajan o se estancan por cuatro o cinco meses,
hasta que los clientes asuman la nueva tarifa. Y esta vez el alza va a ser mayor a la que han experimentado los productos recientemente”, indicó Maylin Yoong, de 21 años, propietaria de la tienda
Olguita 2, en Guayaquil.
La venta de bebidas gaseosas y cervezas representa el 80% de la facturación de este pequeño negocio.
El local se abastece de “colas y cervezas” cada dos días, USD 300 semanales en cerveza y USD 150 en gaseosas.
Ambos productos representan un 50% de los ingresos en el Mini Market Junior, ubicado en Urdesa Central.
Algo similar sucede en Economarket, ubicado en Baquerizo Moreno y P. Icaza, y que atiende 24 horas en pleno centro del Puerto Principal; allí las ventas de los productos que serían gravados con nuevos tributos representan 75% del total negocio.
El local invierte USD 700 semanales en compra de colas y cervezas, con reabastecimientos diarios de los distribuidores y “renovación de las perchas dos o tres veces al día”, contó Edwin Triviño, dependiente del negocio.
El joven teme una contracción de los ingresos si se aprueba la ley tributaria.
Tito Serrano, que atiende desde 1997 un negocio de víveres en Urdesa, en el norte de Guayaquil, discrepa con la mayoría de las voces. El tendero cree que, como ha ocurrido en ocasiones anteriores, el alza afectará poco o nada a sus ventas.
Con esto coincide Pilar Enríquez, propietaria de la tienda Valencia, en el sur de Quito.
En cambio, Glenda Zambrano, propietaria de Víveres David, en el sur de Quito, está preocupada por la reforma. El principal producto de venta son las gaseosas personales. Zambrano comenta que el consumo de gaseosas familiares ya cayó el 2015, por el semáforo nutricional.