Después de los acontecimientos violentos del jueves pasado, el Gobierno salió a garantizar estabilidad y seguridad a las empresas y a quienes han invertido en el país.
Para los empresarios, la principal causa para que no despunte la inversión extranjera es la falta de seguridad jurídica, según un informe de agosto de Deloitte. Y otro informe de la misma firma, de julio, señaló que el 57% de las empresas cree que el clima de inversión en el país ha empeorado en el último año.
La nueva Constitución, los cambios en las leyes tributarias, laborales y petroleras han colaborado a esa inestabilidad jurídica. Lo más reciente fue la eliminación de los tratados internacionales de protección a la inversión, que deja sin piso a cualquier proyecto nuevo de inversión. Por esta razón, entre otras, la inversión extranjera ha sido negativa desde finales del año pasado. El último dato disponible, del primer trimestre del 2010, muestra un saldo de USD -155 millones.
Los hechos del jueves pasado destrozaron la imagen del Ecuador ante el mundo, pues mostraron un país donde las diferencias se resuelven con violencia en lugar de diálogo, donde las instituciones no funcionan y los consensos no se respetan. A eso se llama inestabilidad política, un término que espanta a cualquier inversionista extranjero, pero también al nacional.
La inestabilidad no se soluciona con anuncios o promesas, sino con acciones concretas, que aseguren que las leyes permanezcan en el tiempo, lo cual requiere de consensos.