América Latina debe prepararse en caso de una recesión de los países avanzados que arrastre al resto del mundo, sugirió el economista jefe para la región del Banco Mundial (BM), Augusto de la Torre.
“La región no puede controlar lo que pasa en el mundo. Lo que sí puede controlar es la preparación frente al choque”, dijo de la Torre en rueda de prensa, al presentar el informe de evaluación de América Latina, en la semana de asamblea bianual del Banco.
Las perspectivas de crecimiento lucen sombrías, según el informe que presentó simultáneamente el Fondo Monetario Internacional (FMI), con una previsión del 4% a nivel mundial, pero con graves incertidumbres en las naciones de la Unión Europea (UE) y Estados Unidos.
El FMI recortó sus previsiones mundiales para este año y dibujó un horizonte sombrío. La previsión para América Latina bajó ligeramente respecto a junio cuando el crecimiento previsto se ubicaba en 4,6%. Pese a ello, la región crecerá un 4,5% en el 2011 y un 4% en el 2012, gracias a las materias primas y a su relativa resistencia financiera, dijo el organismo.
“Las condiciones financieras se han vuelto más inestables con el incremento de la sincronización en los mercados mundiales y el crecimiento de la aversión al riesgo, pero el impacto en la región ha sido limitado hasta ahora”.
Sobre Ecuador, señaló que crecerá un 5,8% en este año. Las autoridades económicas ecuatorianas habían estimado un crecimiento del 5,24%.
Asimismo, el documento explica que América Latina ha demostrado con creces su capacidad de manejar los riesgos externos en los últimos tres años, pero si los países avanzados arrastran al mundo a una recaída, los elevados flujos de inversión que inundan la región pueden revertirse. La dependencia de China en materia de exportaciones puede plantear también problemas graves si esa demanda se frenara.
En toda la región, las políticas de gasto procíclico, como los paquetes de estímulo aprobados después de la crisis del 2008, deben terminarse definitivamente, pidió el FMI en su informe.
Finalmente, el organismo estimó que la inflación crecerá hasta un promedio del 6,7% en América Latina y el Caribe.
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