Imagen referencial. Fitch Ratings cree que es posible que Ecuador termine en un escenario de canje forzoso de deuda. Foto: publicdomainpictures.net.
Fitch Ratings volvió a rebajar la calificación crediticia de largo plazo del Ecuador este martes 24 de marzo del 2020.
En un comunicado, la firma detalla que decidió cambiar la calificación del país de ‘CCC’ a ‘CC’. Según esta entidad, las calificaciones de ‘CC’ indican que algún tipo de incumplimiento de compromisos es probable por parte del deudor.
El cambio se debe a que se espera que Ecuador caiga probablemente en ‘default’; es decir, que no pague sus deudas con acreedores extranjeros, luego de que el Gobierno anunció ayer que buscará reorganizar sus compromisos, por la emergencia del covid-19.
El ministro de Finanzas, Richard Martínez, dijo ayer que el país se acogería al período de gracia en el pago de cupones de interés de deuda en bonos que vencen este mes y que reordenará los pagos con los acreedores.
Con esta reorganización, es probable que el país termine en un escenario de canje forzoso de la deuda (DDE por sus siglas en inglés), afirma Fitch Ratings. Un DDE, según esta entidad, es una operación tomada por un deudor para evitar un incumplimiento de pago tradicional y resultando en una reducción en los términos para los tenedores de bonos.
La calificadora destaca que el pedido de la Asamblea del domingo pasado, que planteó al Ejecutivo no pagar la deuda externa, refleja que la capacidad de Ecuador de continuar pagando cupones de bonos puede ser cada vez más difícil de mantener en términos políticos y económicos en los próximos meses, en caso de que no se logre una renegociación de la deuda.
Hace cinco días, Fitch ya había modificado a la baja la calificación de Ecuador, que era B-. Lo hizo por el escenario desafiante por la caída del precio del crudo, el retraso del desembolso de recursos del Fondo Monetario Internacional (FMI) y la pérdida de acceso al mercado de capitales.
Los principales factores que podrían conducir a una mejora de la calificación sería que se materialice un financiamiento a gran escala que reduzca la probabilidad de incumplimiento de los compromisos ya acordados.